sábado, 20 de octubre de 2012

En América Latina el populismo y el narcotráfico socavan la libertad de prensa ¿y en Puerto Rico?


A través de sus aparatos de prensa y propaganda, la derecha internacional carga contra Cuba, Venezuela y el “populismo” latinoamericano; se refiere con eufemismos al holocausto en Irak y calla o distorsiona sobre las posibles “guerras que vendrán”.
Por Juan Carlos Camaño
Periodista argentino y presidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP)

What?

Mientras en Puerto Rico el Grupo Ferré Rangel critica el gobierno por mantener un periódico funcionando a pesar de sus problemas económicos para darle a los periodistas una plaza de trabajo — en América Latina sucede todo lo contrario — los gobiernos cierran emisoras de televisión, de radio y periódicos para lograr una hegemonía mediática que los beneficia porque esos medios son incondicionales de los presidentes y su Socialismo del Siglo XXI Bolivariano, lo peor de todo es que los periodistas se quedan sin trabajo, son discriminados y hasta asesinados.

¿Existe alguna crítica de parte de los “paladines de la libertad de prensa boricua” a esta situación que están sufriendo los periodistas de América Latina? NO

Entonces...
¿por qué no quieren que el periódico El Vocero siga funcionando?
¿Será que les molesta su línea editorial?
¿No es esto cuestionable?
¿Qué hubiera pasado si la administración penepé de Fortuño hubiera cerrado ese periódico por deudas con Hacienda?
¿Los hubieran acusado de atentar contra la libertad de prensa?
¡Esa es la pregunta!

Juzgue usted...

Entre narcos y populistas
Los carteles de la droga, a través de la violencia, y los gobiernos populistas por la vía de la regulación y la discriminación por pauta oficial, están socavando la libertad de expresión en la región, según la SIP.
EL COLOMBIANO | Publicado el 20 de octubre de 2012
Que los narcos sigan siendo una de las mayores amenazas para la prensa libre en el Continente no resulta una novedad. Pero que a ellos se estén sumando cada vez más gobiernos que dicen ser democráticos es más grave y desalentador.

Los primeros, a través de la intimidación y la violencia; y los segundos, mediante leyes regulatorias de bolsillo, discriminación oficial con pauta publicitaria y obstáculos al libre acceso a la información.
 
Ese es el panorama de la libertad de expresión que la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) constató en Sao Paulo, Brasil, donde este martes terminó su 68 Asamblea General.

Infortunadamente, el mapa regional contra la libertad de prensa, en vez de reducirse, se ha ampliado en los últimos años y las amenazas se han multiplicado bajo un factor más difícil de enfrentar: el populismo.


La guerra contra los narcos ha puesto a México, como lo hizo con Colombia en épocas aciagas, como el país más peligroso del hemisferio para la profesión de periodista, pero allá como acá, el Estado ha salido a proteger uno de los pilares fundamentales de la democracia: la libertad de expresión y el derecho a estar y ser informado.


Lo que resulta inaceptable y peligroso es que además de las intimidaciones de los violentos, ahora los periodistas tengan que enfrentar el acoso, la presión y la persecución de quienes deberían protegerlos en cumplimiento de sus deberes constitucionales.

Pero no. Como en el fútbol, algunos mandatarios de América Latina están aplicando el principio según el cual “la mejor defensa es un buen ataque”.

En Ecuador, por ejemplo, el presidente Rafael Correa llamó a los periodistas independientes “sicarios de tinta”, mientras su homólogo venezolano tildó a los de su país “títeres del imperialismo, yanquis de mierda”.


En Cuba, tal vez no les dicen tantas cosas. Los encarcelan.
Y en Argentina, con Cristina Fernández de Kirchner , los ignora y los persigue.

El hilo de la represión también se ha extendido hacia Bolivia y Nicaragua.


Pero el caso más llamativo que se dio en Sao Paulo fue la inasistencia de la presidenta Dilma Rousseff a la instalación de la Asamblea y su silencio cómplice en torno a la iniciativa de Ecuador y de Venezuela de acabar con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y su Relatoría Especial para la Libertad de Prensa de la OEA.


Esta semana, para acabar de ajustar, la Asamblea Nacional de Venezuela, de mayoría chavista, acogió un proyecto para regular la información y programación de los canales de televisión por suscripción, en otro paso hacia la concentración del poder mediático y el monopolio informativo.

Paradójicamente, como ocurre en Ecuador y Argentina, Venezuela quiere vendernos la idea de que el Gobierno está “democratizando” el acceso a la información.


En otras palabras, combatiendo los monopolios privados. ¿Acaso los monopolios oficiales que se quieren instaurar, o ya están, en los países del socialismo del siglo XXI son distintos y mejores?

Chávez controla el 52 por ciento de los medios impresos, radiofónicos y televisivos en Venezuela, mientras Rafael Correa tiene bajo su dominio no menos de 17 empresas periodísticas. Cuando asumió el poder en 2007 había una, la Radio Nacional.


Fernández de Kirchner ha copiado a pie juntillas la norma y ahora va por el control mediático, a través de una Ley de Medios que le permite revocar la mayoría de licencias que hoy están en manos privadas, entre ellas las del Grupo Clarín, y hacerse a ellas, vía la manida “democratización”. 

Una democratización que no se ha dado ni se dará, porque entre el populismo de izquierda y la dictadura de derecha no hay diferencia. Como sí debería haberla entre los narcos que atacan a la prensa y los gobiernos que la defienden.
¿Qué tiene que decir Juan Carlos Camaño sobre esto?
Esto expresa el distinguido periodista socialista bolivariano... 
“Gota a gota, cada día en variados formatos, la prensa mundial machaca con la “transición en Cuba” y alude a Chávez como si se tratara de “un loco”, “un payaso”, “un irresponsable” que habrá de “llevar a la región a un conflicto bélico de irreparables consecuencias”. Tal cual lo aseguró –en el encuentro de la “libertad” y la “democracia”-, el escritor de la derecha criminal, Mario Vargas Llosa.”
¿Qué les parece?

¿De qué lado están los Ferré Rangel? ¿Del lado de los que se defienden con el discurso populista del Socialismo latinoamericano o de la verdadera libertad de prensa que respeta la diversidad de opiniones y la propagación de la información para que el pueblo realice su propia opinión?

El issue de El Nuevo Día contra El Vocero me parece que ha levantado muchas banderas rojas hacia un Partido Popular Democrático que está tratando de ganar acceso al poder con un candidato mediocre, manejable y que perfectamente encaja para que fuerzas ocultas manejen el poder tras bambalinas.

La manipulación del pueblo es obvia, sólo hay que ver los comentarios en ese “diario amable” para concluir que la oligarquía mediática de los Ferré Rangel lo único que busca es el monopolio de la información que se está propagando en América Latina como una nueva forma de control social.

Es muy fácil destruir una libertad de prensa con manipulaciones mediáticas, algo que nos ha tomado mucho esfuerzo en construir por más de 100 años de influencia estadounidense. Definitivamente para los Ferré Rangel el poder los ha corrompido como se corrompen los gobiernos latinoamericanos degenerándose en dictaduras con proyecciones de falsas democracias, algo que los chilenos que dirigen El Nuevo Día y Primera Hora conocen muy bien.

Lo más bochornoso es que periodistas con ideologías socialistas se unan a este circo mediático y pretendan virar la tortilla hablando de que los estadistas somos peor que Hitler y nos tildan de fascistas de derecha. Con todo esto demuestran que creen en la ley del embudo — lo ancho para ellos y lo estrecho para los que verdaderamente creemos en esas libertades que defiende la nación americana — y que aquí en Puerto Rico luchamos para que ellos puedan expresarse. Si el gobierno de Fortuño fuera totalitario y fascista el periódico El Vocero se hubiera convertido en un medio del gobierno como el Granma de Cuba.

También es una realidad que el gobierno no se mete con Claridad, un periódico comunista que todas las semanas utiliza su discurso de la lucha de clases para resaltar las diferencias entre ricos y pobres para condenarlos y demonizarlos, hasta promueven el anarquismo, justifican la lucha armada y terrorista de los Macheteros y las FARC, hasta declaran héroes natzionales a los políticos presos como Lolita Lebrón, Filiberto Ojeda Ríos y Albizu Campos y los que están vivos como los hermanos Claudio y Oscar López Rivera.

¿No resulta incongruente que los Ferré Rangel ataquen a los que defienden la libertad de expresión y la pluralidad de medios noticiosos y no condenen los que promueven la anarquía y la lucha armada con terrorismo? ¿De qué lado están?

Todo esto tiene una justificación y es el odio sarraceno que le tienen a los estadistas, conservadores y cristianos, un odio injustificado creado por las fuerzas comunistas que no cesan en crear un antagonismo, envidia y odio de una clase profesional que logra riquezas por sus logros emprendedores, una militancia cristiana que todos los días es acusada de fundamentalismo por defender la institución de la familia, eso no es malo, solo que los comunistas pretenden convencer a las minorías defendiendo sus causas como la de los gays, los que fuman pasto y los ateos, no hay manera de entender esto si no salimos del insularismo que se vive en Puerto Rico.

El poder económico de los Ferré Rangel se ve amenazado por un cambio hacia una estadidad federada que los pondrá bajo la mirilla de muchas agencias que reclamarán una transparencia en sus negocios y eso los tiene muy nerviosos. El paraíso fiscal que se ha creado bajo el ELA territorial los tiene preocupados porque saben que el guiso se les acaba y después niegan que condenan a Romero Barceló cuando escribió el libro "La estadidad es para los pobres" o a un Don Luis Ferré proclamando su "estadidad jíbara" con español y cultura.

¿A quiénes defienden? ¿A unas comunidades especiales para construirle una cancha o unas aceras y no permitirles una educación bilingüe, becas universitarias y un empleo digno que es mucho más importante y los ayuda a salir de pobres? ¡No! lo que quieren es que le hagan chijí-chijá a unos burócratas y líderes politiqueros en una marcha para que le espeten un IVU y ahora en un debate dicen que lo cambiarán por un IVA ¿cuál es la diferencia?

No hay duda, en Puerto Rico también sufrimos de una dictadura mediática, los acontecimientos de estos días expresan muy claramente, la agenda de un imperio de una familia que se creen los dueños del país. Esto merece el repudio de un pueblo que está harto de que lo manipulen y lo cojan de pendejo. ¡ya está bueno!

¿De que les vale tener un Centro para la Libertad de Prensa en Puerto Rico si manipulan la opinión y no ofrecen la transparencia y la diversidad de opiniones, siempre la agenda de los Ferré Rangel es la que impera y es la que dicta la pauta de los que se discutirá el resto del día en los demás medios de radio y televisión, hasta logran una hegemonía mediática desacreditando a la competencia?

En mi opinión, tenemos una clase periodística secuestrada bajo el poder económico de una oligarquía que está muy lejos de ser estadista y muy cerca de la oligarquía socialista latinoamericana que no respeta la diversidad de opiniones, muy difícil de identificar porque controlan todo, desde los bancos hasta los tribunales.

¿De qué les vale tener una Agenda Ciudadana cuyos miembros no representan a la mayoría del pueblo y tienen muy clara su agenda socialista detrás de un discurso de democracia participativa y lo que es peor, los directores le deben lealtad a quien les paga el sueldo y las oficinas?

¡Despierta Boricua! 
Que las cosas no son como te las pintan en El Nuevo Día y Primera Hora. Los Ferré Rangel no son todo lo altruístas que nos quieren hacer creer.
Such is Life!