domingo, 4 de agosto de 2013

Propaganda embrutecedora


Uno no puede librar una guerra en la actualidad sin el apoyo de la opinión pública, que es tremendamente moldeada por la prensa y otras formas de propaganda.
Douglas MacArthur
Militar estadounidense líder en las operaciones americanas en el pacífico durante la Segunda Guerra Mundial (1939 - 1945)


¿Es posible que un socialista ignore que Cuba es una dictadura, que el Paredón de Fusilamiento es un crímen de lesa humanidad, que los Castro deberían ser juzgados en La Haya, encarcelados de por vida y que esto debió haber sucedido 
hace 50 años?
Sí, es posible gracias a la propaganda embrutecedora.

Cortesía de
Mi Puerto Rico verde
En Puerto Rico los socialistas mantienen una imagen de incorruptos porque la prensa no los investiga, de víctimas porque defienden las causas de los gays, la liberación de Oscar López Rivera, la pena de muerte, el ambiente, están en contra de la guerra, de la “Marina de guerra”, del gasoducto, de los molinos de viento, de la incineradora de Arecibo y eso la gente lo ve positivo gracias a una prensa aliada que solo reporta el lado socialista de la historia.

¿Propaganda embrutecedora? Sí.

Ayer toqué el tema de la campaña que hará la izquierda independentista de cara a un plebiscito de estatus. Hay corre y corre en el PPD para estructurar estrategias colonialistas pero a juzgar por la firmeza del demócrata Ron Wyden, al parecer el tema de Puerto Rico está poniendo a los Estados Unidos en una situación incómoda.

Pero eso a la izquierda le conviene, también están estructurando una campaña respaldada por organizaciones culturales, el Instituto de Cultura Puertorriqueña, ambientales, de derechos humanos como la ACLU, Colegio de Abogados, Iglesia Católica, uniones obreras, etc. Veremos de todo desde comiquitas, afiches, jingles, libros y hasta películas de Filiberto.

¿Qué va a pasar?

Es muy sencillo, se activarán todos los medios que utiliza la izquierda para ganar una batalla que saben están perdiendo pero no van a claudicar en su intención de entregarle en bandeja de plata la isla a Nicolás Maduro y la CELAC.

Los estadistas debemos estar muy conscientes que en la política norteamericana pasa exactamente lo mismo que en Puerto Rico, la izquierda sabe muy bien utilizar los medios de comunicación masiva para calar un mensaje subliminal a favor de Obama y su Partido Demócrata, partido donde la izquierda se ha instalado muy cómodamente y sus ideas se pasean por los pasillos de la Casa Blanca.

Por eso el presidente mantiene silencio sobre el pedido de la estadidad para Puerto Rico, simplemente no está en sus planes por el cabildeo insensato de Luis Gutiérrez y Nydia Velázquez, con el financiamiento del PPD y la élite colonial, más la socialista, sí, con los bolsillos llenos de dinero cualquiera es nacionalista y grita ¡Viva Puerto Rico libre! como lo hace René Pérez de Calle 13, Benicio del Toro, Andy Montañez, Danny Rivera y Martorell entre otros.

En Puerto Rico la izquierda se pasea en los pasillos de La Fortaleza y las plumitas liberales en el PPD, pero como necesitan de los populares pro unión permanente, para que voten por ellos, por eso tienen que recurrir a la cantinflada que vimos en las vistas senatoriales para que el partido no se le vacíe.

Este artículo que incluyo más adelante habla sobre propaganda en los medios, es muy interesante porque nos habla de los recursos a los que tienen que recurrir los republicanos para ganar en el 2016 y que el PNP también tendrá que hacer si quiere ganar y lograr la estadidad, porque la propaganda embrutecedora será implacable y el billete va a correr, para muestra lo que sucedió en Venezuela con el Premio Rómulo Gallegos a Eduardo Lalo, escritor independentista nacido en Cuba y criado en Puerto Rico, eso es un símbolo que nadie puede pasar por alto porque ejemplifica la realidad política a la que nos enfrentamos.

Juzgue usted...


Political Parasites and Pop Culture
Derek Hunter | Aug 04, 2013
Townhall.com

Star Wars describe muy bien
la lucha entre el bien y el mal
y cada quien se identifica
con los héroes.
I worked on Capitol Hill, and I can tell you Congress doesn’t give a damn about form letters and generic emails or petitions, nor should they. Handwritten letters from the district or state matter. Phone calls matter. Face-to-face meetings matter. Outside of that, if you can’t vote for their opponents, they couldn’t care less about your name being one of thousands on some electronic petition. But the petitions aren’t going away. Why? Because there is money in it. Money from selling mailing lists. Money from the groups being able to say they “represent thousands of Americans … blah blah blah.” Your information is a commodity to be sold. A good idea doesn’t need a headcount, it needs a champion.

Instead, why not bring conservatism into pop culture?
It’s there already to some degree -- as a punchline, which explains why we ignore it to the degree we do. But there is a reason People magazine and US magazine outsell anything news-related. There is a reason Real Housewives of Whatever Location Annoying People Live is more popular than any news or political show. It’s because people pay attention to this in a way they don’t pay attention to politics or policy or the things that truly are making their lives difficult.

I’m as disgusted by celebrity-obsessed culture as anyone, but ignoring this culture – as conservatives often do simply because we don’t like it – helps only the left.

Conservatives have to take their message to where the people are.
It’s about making movies, but those movies have to be good and funny and entertaining first and carry a message only after that. Think “Knocked Up.” Hilarious movie that just so happens to be very pro-life without being about being pro-life. By the way, it was made by liberals.

Conservatives could start by improving on the quality of the documentaries they produce. Conservative documentaries today are horrible. They’re boring. They’re all interviews and b-roll so on-the-nose predictable as to be laughable. They seem to be made by people who’ve never seen a documentary and, too often, designed for the choir.

They’re also often late to the game – coming along only after discussion has moved far beyond the topic they treat. They are vanity projects done more for fundraising purposes than to reach voters. They are about nice, big checks for the people who run the assembly line that produces them. Most – not all – are a waste.


Scroll through the documentary section of Netflix, and you’ll see documentary after documentary pushing the progressive agenda, But they’re couched as entertainment, and they are, in fact, entertaining. They’re awful as far as information goes, and they’re full of easily disprovable lies. But the people who watch them won’t fact-check them. They’ll remember only the garbage they saw.

Be they about fracking, food or conservative politicians, the Left churns out quality, entertaining documentaries that would make Stalin’s propagandists blush with their spin. And it does so before they’re even in the public consciousness, which is key. With nothing to counter them when these issues or people bubble to the top, people who seek information on them find liberal propaganda. What are we to expect but more misinformed voters who will spread the lies they hear but don’t understand like a cold on a plane?

Conservatives simply have been left standing still on this.


The documentaries that ought to get made – on Milton Friedman, on the relationship between Ronald Reagan and Margaret Thatcher, defending Walmart, pointing out the failure that was Solyndra – don’t. If they do get made, don’t look for them on Oscars night. The satisfaction will come only from telling the truth and helping it, too, spread like a cold on a plane.

But it doesn’t happen because the “taste” isn’t big enough and mastering the art of storytelling looks like too much work, particularly compared to technical term-laced studies and “films” that preach to the choir but can’t move beyond.


Changing hearts and minds, when done right, isn’t a volume business. Right now people and groups are getting rich while elections are being lost. While that’s not by design, it’s also not an accident. But it is a huge problem.

La izquierda sabe utilizar la propaganda embrutecedora muy bien, hasta hacen novelas socialistas, ¿ha escuchado usted decir que las novelas embrutecen a la gente? Soy de las que pienso que las novelas enseñan mucho y en Puerto Rico las dejaron de producir ¿Qué pasó? son muchas las razones,  sin embargo denuncian los posters del Tío Sam y se ridiculiza a los estadistas en todos los programas de la televisión boricua.


El pueblo puertorriqueño debe aprender a escoger los programas que ve para entretenerse, a pesar de que no creo en los boicots porque hay que saber que hace el adversario, creo que debemos empezar a tener un ojo crítico sobre lo que nos ofrecen los productores de televisión, las noticias y películas, para diferenciar que es propaganda embrutecedora versus la verdad. Todo se vale por el rating y el billete.


El PNP debe también estudiar como llegar a la masa de todas las maneras posibles porque si la propaganda es buena para la izquierda debe ser buena para la derecha también. 
Lo que es igual no es ventaja ¿no creen?

Lo más importante, tener las “brigadas de respuesta rápida” para desmentir todos los embustes que se digan porque la izquierda alimenta sus argumentos con mitos y mentiras.

Decir la verdad no es delito.
¡Vamos artistas conservadores, anímense, inspírense, saquen a flote su talento que las redes sociales son la mejor vía para llevar el mensaje estadista boricua!
En la guerra de medios todo se vale 
¡y la madre del que se queje!
Such is Life!