jueves, 13 de junio de 2019

Acabar con la colonia ¿En serio?


La revista Foreign Affairs monitorea la política internacional de Estados Unidos y publica trabajos de figuras que forjan dicha política. Ha publicado un artículo de Antonio Weiss y Brad Setzer, investigadores de Harvard y del Consejo de Relaciones Exteriores. Fueron funcionarios de alto nivel en el Departamento del Tesoro, y protagonistas en la aprobación de Promesa. Son parte del “gobierno permanente” de EE.UU., ese grupo de funcionarios que definen los pasos que debe seguir el gobierno. 
El título del artículo –America’s Forgotten Colony: Ending Puerto Rico’s Perpetual Crisis– da por sentado que Puerto Rico es una colonia, y proclama que eso debe terminar. Foreign Affairs ya había publicado en 1978 y 1997 trabajos de Rubén Berríos Martínez que denunciaban la condición colonial y postulaban que la independencia es la mejor opción de estatus para Puerto Rico y Estados Unidos.Acabar con la coloniaPor Carlos I. Gorrín Peralta
jueves, 13 de junio de 2019
https://www.elnuevodia.com/opinion/columnas/acabarconlacolonia-columna-2499171/
¿Acabar con la colonia?
¿En serio?


El catedrático de derecho constitucional Carlos I. Gorrín Peralta, intenta en su columna de opinión restarle importancia al respaldo mayoritario que le ha dado el pueblo de Puerto Rico a la opción de la estadidad en los pasados plebiscitos, porque él es independentista.


La razón principal de por qué Puerto Rico no ha podido acabar con la colonia es porque los colonialistas e independentistas han hecho alianzas para paralizar todo avance hacia ese desenlace, esa es la verdad histórica desde los tiempos de José Celso Barbosa, Luis Muñoz Rivera y otros políticos puertorriqueños que con el argumento de la puertorriqueñidad nos han neutralizado el derecho a ser parte del primer mundo, peor aún, han permitido que ideologías contrarias al capitalismo yanqui influencien en nuestra economía que acabó destruída al igual que nuestra infraestructura.

Independentistas marchan en el Desfile Puertorriqueño 2019.

Hoy Puerto Rico, lejos de ser una economía próspera, es un desastre económico gracias a la corrupción, gigantismo gubernamental, prácticas socialistas, éxodo por falta de oportunidades, intervencionismo gubernamental, altos impuestos y control de la burguesía elitista en detrimento de los pobres. 

Estamos en una situación caótica y aunque la izquierda boricua le echa la culpa a los partidos mayoritarios, la realidad es, que el independentismo tiene la misma responsabilidad de la debacle por que se han enquistado en las agencias gubernamentales, en la educación, las artes y cultura, en la prensa y son los que se oponen a todo y en la mayoria de los casos lamentablemente prevalecen.

La izquierda boricua y los demócratas en New York han perdido apoyo desde que homenajearon al terrorista Oscar López, en el 2019 la audiencia mermó y auspiciadores como Goya ya no están pagando sus anuncios, tampoco se transmitió por televisión.

Esto no lo dice el artículo, que debe ser analizado por todos los puertorriqueños.
¿Qué dice el artículo?
Veamos...
Full independence would come at a cost, as Puerto Rico receives substantial economic benefits from being part of the United States. Before any referendum, the federal government and Puerto Rico would have to agree on how independence would be carried out, including a realistic timeline, a plan to replace or maintain the functions currently carried out by the federal government, and clarity about how the federal benefits that currently flow to Puerto Rican residents would be funded during the transition and maintained by the Puerto Rican government after independence. The two parties would also have to define their future trade relationship and determine whether Puerto Rican residents would retain their U.S. citizenship and the right to travel freely to the United States. 
At the opposite pole from independence is statehood. Statehood provides a clear alternative to Puerto Rico’s current patchwork of partial federal taxation and access to federal benefits. But it has been nearly 60 years since the last state, Hawaii, was admitted to the federal union, and there are several open questions related to possible Puerto Rican statehood that should be resolved prior to any referendum. 
A crucial question is how the United States would respond to a vote in favor of statehood, as admission requires a joint resolution of Congress signed by the president. Washington must make clear that it is prepared to embrace Puerto Rico as a member of the union, including by granting it full congressional representation. Puerto Rico would immediately become the 30th-largest state by population, with two senators and perhaps five representatives. Statehood would also give Puerto Rican residents access to full federal benefits, including the EITC, Medicaid, and Medicare.

Trump no se opone, simplemente es muy cuidadoso en no darle mayoría en el Senado y Colegio Electoral a los demócratas porque esto sería detrimental para los republicanos en ganar elecciones entre otras cosas. Los demócratas se proyectan como mayoría en Puerto Rico, algo que pongo en duda pues somos conservadores y cristianos, contrario al pensamiento "liberal" y libertinaje de los demócratas en la actualidad.
There has long been skepticism that statehood could gain sufficient bipartisan support, given Republican fears that most Puerto Ricans would vote for Democrats. But although U.S. President Donald Trump has voiced his opposition to statehood, previous Republican presidential candidates and party platforms have consistently supported it. In 2018, for instance, the Republican leadership of the House Committee on Natural Resources, which has jurisdiction over U.S. territories, called on the Department of Justice to oversee a Puerto Rican plebiscite on statehood. 
If Puerto Rico became a state, its residents would receive full federal benefits, equal to those enjoyed by citizens on the mainland. Puerto Rico’s population is already aging, and with a low birthrate and high levels of out-migration, the island will soon have the oldest population in the United States. It would benefit in particular from expanded access to federal health-care funding. Many Puerto Rican families would also receive significant EITC benefits when filing federal income taxes. Access to the EITC would not only alleviate poverty but also, by adding incentives for lower-income individuals to work, increase the island’s labor-force participation rate, which, at about 40 percent today, is only two-thirds of the average on the mainland. 
Perhaps the most difficult economic aspect of statehood would be the integration of Puerto Rico into the U.S. tax system. Even after the repeal of Section 936, firms operating in Puerto Rico can avoid U.S. corporate income tax, paying the much lower “global minimum” rate applied to foreign intangible income. If Puerto Rico were a state, however, firms operating there would be subject to the federal income tax, eliminating their incentive to shift operations to the island. Individual residents of Puerto Rico would also have to pay federal income tax, making it hard for the island to maintain its high local individual income tax rate, which currently has a top marginal rate of 33 percent. Statehood could put at risk nearly $5 billion of Puerto Rico’s annual revenue, or about one-third of its total. To help the island continue to cover its debt and pension obligations, the federal government would have to make up for a portion of the lost revenue, at least during the initial transition to statehood. 
At its core, status is a question of ideology and identity. Resolving Puerto Rico’s status is not an alternative to restructuring its debt or revitalizing its economy. It is, however, a critical step in allowing Puerto Rico to chart a sustainable long-term economic course. And for the United States, which has ruled Puerto Rico as a colony for over a century, giving the people of Puerto Rico the chance to decide their own future is not only a wise policy decision—it is, for a country that prides itself as the leader of the free world, a moral imperative. 
America’s Forgotten Colony
Ending Puerto Rico’s Perpetual Crisis
By Antonio Weiss and Brad Setser
https://www.foreignaffairs.com/articles/puerto-rico/2019-06-11/americas-forgotten-colony?utm_medium=social&utm_source=facebook_cta&utm_campaign=cta_share_buttons&fbclid=IwAR14_CmCF16Otn1_LPZk5_t1hVGON6oRNWxBtyuaidIzdbjUXF-7mZu0ToY
¿Qué les parece?

Sólo reseño lo que para mí es importante, porque ha sido lo que siempre he dicho en este blog. El meollo del asunto es, que los independentistas están reacios a resolver el estatus porque saben que no van a ganar con la independencia, y están dispuestos a atacar con marchas, sabotaje y hasta con terrorismo e inteligencia cubana, si es preciso.


Tampoco podemos perder de perspectiva que quienes los apoyan en América Latina enfrentan la guerra económica de Estados Unidos con restricciones agresivas de parte de la administración de Donald Trump, nunca antes vistas con administraciones demócratas que fueron totalmente permisivas a las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua, quienes formaron clubes paralelos a la OEA para defender sus intereses ideológicos, como el Foro de Sao Paulo, la CELAC y UNASUR. 

Los demócratas además, apelaron a una apertura que solo benefició a los dictadores y no a los pueblos que han sido perseguidos y obligados a vivir en pobreza extrema, al punto que en Venezuela la gente está muriendo de hambre y enfermedades por no tener lo más esencial, alimentos y medicinas. Temas como los derechos de los gays y el ambientalismo son sus banderas políticas y eso lo vemos en la isla también con el issue de la "libertad religiosa".

La familia Ferré Rangel está a favor de los gays
¿Por qué? Vaya usted a saber.

Esta es la verdad...
Control estatal y supresión de la sociedad civil 
Como dice el teólogo Robert Gagnon, “afectará todos los aspectos de la existencia humana desde la cuna hasta la tumba, desde el uso de los propios talentos y habilidades hasta el discurso establecido, desde el hogar hasta los lugares públicos, desde la escuela hasta el empleo, desde las guarderías hasta los hospitales y los geriátricos, desde todas las fuentes de entretenimiento hasta todos los medios de comunicación, desde las instituciones religiosas hasta las organizaciones paraeclesiásticas e incluso los lugares de culto”. 
Todo esto puede sonar exagerado. Pero refleja un cambio profundo en el poder del Estado y sus relaciones con el resto de la sociedad. Extiende el estatus especialmente protegido en la ley federal (especialmente la Ley de Derechos Civiles de 1964) desde las categorías de raza, sexo y discapacidad hasta la orientación sexual e identidad de género (OSIG). Lo cambia todo porque hace que los derechos y el cumplimiento de los derechos por parte del Estado sobre el resto de la sociedad dependan de los sentimientos y los deseos. 
La Ley de Igualdad y el mundo orwelliano de la ideología de género
¿Le importa esto a Ricky Martin?
No, sólo le importan sus intereses personales.
¿Hay que preocuparse?
¡Claro que sí!

La libertad individual no le importa al movimiento independentista boricua, porque creen en el totalitarismo, incluso están siendo apoyados por la izquierda demócrata como Bernie Sanders y Elizabeth Warren, quienes se han inmiscuido en temas locales atacando al PNP por sus posturas conservadoras, además de una clase artística que solo le importa sus intereses personales y políticos, por encima de los intereses del pueblo puertorriqueño que es conservador y cristiano.

Los estadistas nos hemos tenido que enfrentar a muchos enemigos internos y externos, ahora los más que se oponen son los demócratas, porque con tal de ganar el voto de los puertorriqueños en el Mainland son capaces de asumir posturas totalmente opuestas, unos apoyan la estadidad como Tom Pérez y otros como Bernie Sanders, la independencia socialista que nada tiene de democrática.


Acabar con la colonia implica que los opositores a la estadidad, tanto en la isla como en Washington DC, cedan en sus luchas y acepten que los puertorriqueños no quieren, ni la colonia ni la independencia, eso lo veo muy difícil pues el respeto al prójimo por pensar diferente no es una de sus cualidades.
¡Pero como les encanta exigirlo!
Apuestan a debilitar al Partido Republicano, derrocar a Donald Trump, sino por residenciamiento, por la derrota en las elecciones del 2020, la misma suerte quieren para el PNP, al parecer el gobernador Ricardo Rosselló y sus ayudantes están dando los pasos para que eso suceda. Las acusaciones de corrupción son las mejores armas de destrucción masiva que usa la izquierda contra la derecha, la realidad es que ellos son mucho más corruptos, hipócritas y mezquinos al no respetar la voluntad de los puertorriqueños. 
Divide y vencerás, esa será su carta de triunfo para el 2020. ¿Lo lograrán? Yo espero que los votantes no le jueguen a su estrategia.
Such is Life!