jueves, 7 de julio de 2011

38,500 razones para votar por la Estadidad y el complejo de inferioridad de Julio Fontanet

“Sería sumamente interesante acceder a esa lista para conocer a los ‘afortunados’. Sería bueno también saber si pagan las contribuciones que les corresponden y si tienen contratos con el gobierno. Espero que el Secretario de Hacienda examine la lista con rigor y que la contralora – si es que existe - esté alerta a modificaciones en esos contratos a partir de la visita”
Julio E. Fontanet
Catedrático de Derecho y Expresidente del Colegio de Abogados
El Nuevo Día
7 de julio de 2011

¡Uuyy! Parece que a Julio Fontanet le causa envidia y complejo de inferioridad que varios “afortunados” puedan disponer de $38,500 para hablar personalmente con el presidente Obama. Y como todo buen independentista-socialista desea que esos “afortunados” sean perseguidos por haber cometido el pecado de tener el dinero para pasearse en los círculos del poder y quizás tener una reunión productiva con quien pueda ayudarlo en sus metas.

Me pregunto ¿qué tiene de malo? Así funciona la democracia, te mueves según tus posibilidades y si tienes la capacidad de llegar lejos, ¡que bueno!, así es la vida. La diabolización de los grandes intereses es una buena razón para no creer en el Socialismo del Siglo XXI que creen en la “igualdad” de la pobreza. Que todos seamos pobres no es una buena práctica porque no estimula el derecho a ser mejor dentro de las capacidades que Dios nos dio. Ser pobre no es una virtud es una condición social que todos debemos superar.

Mientras el Colegio de Abogados nadaba en los millones a cuenta de la clase togada del País y de los necesitados de justicia; disponían del dinero para hacer y deshacer con su agenda separatista-socialista, entonces, no había problema pero ahora les molesta que otros dispongan de su dinero como más le plazca.

“Se trata del comportamiento típico de la persona colonizada y con baja autoestima como ilustradamente lo definiera Albert Memmi”

Según Albert Memmi los colonizados aprenden que son inconsecuentes porque están excluídos del Gobierno y en consecuencia se vuelven menos interesados en el Gobierno. Ellos están condicionados a que su insuficiencia es lo que hace que no puedan desempeñar un papel en la historia. No tienen derechos de ciudadanía y, por tanto, casi nunca experimentan sentimientos de nacionalidad. Los movimientos de resistencia, cuando se producen, son severamente reprimidos. La colonización usurpa cualquier papel libre en responsabilidad social y cultural y así se destruye el coraje de los colonizados, llevando a las deficiencias en seguridad en sí mismo y orgullo.

Me parece que adaptar la experiencia de este señor en el viejo continente con la nuestra es un poco traído por los pelos. Es verdad que Puerto Rico es una colonia, es verdad que hay una población que la política ni le va ni le viene, pero que un puertorriqueño se crea que es menos que nadie me parece que es una percepción equivocada. Ser una colonia estadounidense no es lo mismo que ser una colonia inglesa o francesa del siglo XIX y aunque no me siento orgullosa de que Puerto Rico sea una colonia no es menos cierto que hemos disfrutado de las libertades que nos ofrece la ciudadanía americana. Los puertorriqueños hemos llegado hasta el espacio y todos sabemos donde han llegado puertorriqueños a través del planeta, los Estados Unidos nunca ha obstaculizado que uno de sus ciudadanos llegue a donde quiera, es verdad que los boricuas han llegado lejos desde el continente, pero han llegado. Obviamente su inclinación independentista lo motiva a buscar información que le convenga en su discurso del “yanqui go home” para hacernos creer que el americano es lo más parecido al fascista de Hitler con los judíos.

“Tampoco puedo olvidar al grupo frente al Capitolio celebrando el Día de la Bandera de Estados Unidos y que esperaba que el presidente  se detuviera a saludar en agradecimiento a la actividad. Obama tiene que haber pensado ¿qué le pasa a esta gente? ¿Serán las únicas personas en el mundo civilizado  que hacen una actividad de esta envergadura para vitorear la bandera de la nación de la cual ellos mismos denuncian que los tiene sumidos en una relación colonial y que demuestra una total indolencia en su solución?”

Al Sr. Fontanet se le olvida que la nación americana no nos ha dado la Estadidad porque el Partido Popular Democrático, el Partido Independentista Puertorriqueño y el Partido Socialista han sido piedra de tropiezo para la descolonización de Puerto Rico. A lo largo de la historia política desde que Estados Unidos “invadió” a Puerto Rico los puertorriqueños han querido la Estadidad. Y Obama ha sido claro en decir que él va a actuar sobre lo que determinen los puertorriqueños. La excusa de que los americanos no nos quieren porque en los círculos de poder en Washington hay varios que no lo desean por razones personales no es razón para no luchar por lo que queremos nosotros.

En este caso los “colonizados estadistas” sabemos lo que queremos y es sentarnos de tú a tú con el americano para buscar beneficios comunes, oportunidades y la dignidad política que hasta ahora se nos niega. Festejar la bandera americana no es un acto de locura, festejamos lo que significa el que ondee esa bandera en nuestro suelo boricua. Si Obama no se detuvo a saludar a los boricuas estadistas, el se lo perdió, perdió un momento de oro para ganarse el voto puertorriqueño en la Florida pero su equipo de seguridad y quien lleva su agenda apresurada no lo vieron de esa manera. Peor para él, en la política se cometen muchos errores de percepción.

“Lo más lamentable es que todas estas ridiculeces fueron difundidas internacionalmente. A pesar de que las actuaciones fueron de unos pocos, la vergüenza la sufrimos todos”

Bendiito... se abochorna por las ridiculeces de los estadistas. Pero porqué no se abochorna por las mentiras de su presidente del Colegio que dice que lo persiguen y lo encarcelan injustamente y no porque se negó a pagar una multa y cometió desacato al Tribunal Federal, ni hablar de las cuotas de los abogados al Colegio. Porque no se abochorna de que Luis Gutierrez se pare en el Congreso a decir todas las mentiras que se le ocurre para tergiversar la verdad de lo que pasa en Puerto Rico y que se difundió internacionalmente. Porque no se abochorna por la mala reputación que tienen los abogados por embusteros y oportunistas. Es mejor hacer el ridículo haciendo política partidista que mintiendo para que el mundo crea lo que no es en detrimento de la patria como muchos de ustedes hacen.

Finalmente Fontanet dice: “Los puertorriqueños  nos merecemos – después de 113 años de coloniaje – algo más que un presidente que se limite a mencionar algunos platos típicos y nuestros compatriotas de perfil internacional en el mundo del espectáculo, a pesar de que dichas frivolidades sean vitoriadas despavoridamente por los presentes. Lo que resulta frustrante es que el bochorno de nuestro pueblo excede, y por mucho, $38,500.00 por persona, y durará mucho más de 5 minutos.”

Marc Anthony, un niuyorican de padres puertorriqueños que ha logrado su sueño americano y hoy se enorgullece de ser amigo personal del presidente Obama ¿Por qué hay que sentirse mal por eso? Porque es una muestra más de que los americanos no son tan malos como ustedes quieren que pensemos. Por favor, estos comentarios no son más que el sentir de un resentido social que quisiera que los puertorriqueños estemos sufriendo realmente lo que ellos hablan en sus reuniones de cafetín un viernes por la noche.

Sr. Fontanet, el mayor tesoro que puede tener un ciudadano es el voto, el voto que no se vende por $38,500.00 porque es un derecho constitucional, aunque muchos den un voto a cambio de un trabajo en el gobierno. Pero más triste es votar en una república socialista sin que ese voto tenga la fuerza para tumbar gobiernos dictatoriales y corruptos.

El derecho a votar por el presidente de los Estados Unidos nos da un poder más allá de todo el dinero del mundo, nos da la dignidad, nos da el poder de tomar desiciones que nos convengan como ciudadanos americanos que somos para lograr beneficios comunes. En una democracia liberal el poder del voto no dura 5 minutos, dura toda la vida y se manifiesta cada 4 años.

¡Estadidad Ahora!