domingo, 11 de marzo de 2012

La democratización de la Cultura Puertorriqueña

“Las paredes de la casa se enriquecían con cuadros de José Campeche, Francisco Oller, Jordán, López de Victoria, Días Mackena y otros destacados artistas nuestros, cuando aún no estaba de moda el valorar el arte puertorriqueño.

Fue en ese ambiente donde me inicié en el amor y conocimiento de la cultura puertorriqueña. Allí, en esos años, conocí de la lucha que los intelectuales del país libraban por defender y conservar nuestra cultura.

Eran los años cuando se luchaba por mantener el español como la lengua de los puertorriqueños. De niño leía y oía, sin entender mucho, de las polémicas en la prensa de mi padre con el comisionado de Instrucción Pública, que siguiendo instrucciones específicas de Washington insistía en la antipedagógica teoría de enseñar todas las materias de la escuela primaria en inglés.

Únicamente, con sorpresa, he leído y escuchado a algunas personas decir que nuestra cultura no ha necesitado defensa, pues nunca ha estado amenazada; que nuestra lengua materna, el español, no requiere defensa alguna. Estas personas aparentemente desconocen algunos capítulos de nuestra historia.”

Ricardo E. Alegría
Del documento: Semblanza Ricardo E. Alegría, Héroe de la Cultura Puertorriqueña

Hablar de cultura puertorriqueña y no mencionar a Ricardo Alegría es obviar una pieza importante, este pasaje demuestra que su vida y la cultura son parte fundamental de la historia de Puerto Rico.

Aquí empezó la controversia de la defensa de la Cultura puertorriqueña, Don Ricardo Alegría de cuna antiamericana se crió bajo la disyuntiva de una época en dónde se cuestionaba la invasión americana, la asimilación y la enseñanza del inglés.

Desde 1898 Puerto Rico ha vivido una batalla donde la identidad, la asmilación y la influencia de la izquierda ha confundido al puertorriqueño sobre la verdad de lo que significa cultura y el orgullo de ser puertorriqueño.

No quiero echar sombras sobre los logros de Don Ricardo pero en mi opinión, los defensores de la cultura puertorriqueña que junto a Don Ricardo forjaron el Instituto de Cultura Puertorriqueña, sus museos y centros de estudios se olvidaron de una parte muy importante de la población, los estadistas, sí, esos pro-americanos que están orgullosos de su cultura pero a la misma vez estaban de acuerdo en que Puerto Rico se convirtiera en el Estado 51 de la nación americana.

La exclusión surgió y los que estaban opuestos a la estadidad utilizaron la cultura como arma contra los que la deseaban. Son pocas las referencias que tenemos los estadistas sobre la defensa de la cultura desde la perspectiva estadista, el falso nacionalismo no le ha permitido trascender y los estadistas perdieron la oportunidad de aportar e integrarse, surgió la segregación, el silencio y la incompatibilidad del ser estadista y defensor de la cultura.

“El principal problema educativo de Puerto Rico es un sistema de instrucción que no responde a las necesidades del pueblo puertorriqueño porque está totalmente moldeado y dirigido por Estados Unidos. Lleva al puertorriqueño a asociar la nación con Estados Unidos y no con Puerto Rico; el idioma materno con el inglés y no con el español, que es la lengua original; la historia con la historia de Estados Unidos y no con los cuatrocientos años anteriores de historia en que Puerto Rico fue colonia de España, etc. Este total desenfoque cultural del sistema de instrucción lleva al puertorriqueño a no tener claro qué es lo que quiere conservar para sí y cuál es la definición que le quiere dar a su vida. Se le enseña que el puertorriqueño por tradición es vago, sucio y de poco espíritu, que la tecnología y el adelanto vienen de Estados Unidos; se le ocultan sus raíces musicales, sus tradiciones artísticas, etc. El puertorriqueño resultante de ese sistema educativo colonial es una persona insegura. El problema del mestizaje es manejado también desde conceptos norteamericanos. Además, se le desubica del Caribe y de América Latina. Al ubicársele dentro de Estados Unidos a donde no corresponde ni por idioma, ni por tradición, ni por religión, ni por nada, se le deja en el limbo.

Se incluye también en esta categoría el problema de las emisoras ‘educativas’ de radio y de televisión WIPR, pertenecientes al gobierno de Puerto Rico, que se usan como mecanismos de transculturacion con programas en inglés para el uso y manejo del partido en el poder.

Defensa de la cultura
Los puertorriqueños del siglo XIX que deseaban convertirse en una provincia autónoma de España crearon el Ateneo de Puerto Rico para la defensa de la puertorriqueñidad. Desde entonces, han sido múltiples las instituciones creadas y las batallas dadas para defender la cultura puertorriqueña. Con la invasión norteamericana, en 1898, se han emprendido muchísimas iniciativas para seguir siendo puertorriqueños. De la época de la Nueva Lucha que cubre Claridad son, por ejemplo, la Casa Nacional de la Cultura, el Comité para la Defensa de la Cultura Puertorriqueña, y los movimientos teatrales, las asociaciones de artistas y músicos independentistas, como varias de las muchísimas expresiones culturales de afirmación de la cultura puertorriqueña.”
Veinticinco años del Periódico Independentista Claridad y su visión de 68 problemas sociales puertorriqueños
Awilda Palau Suárez
Editorial de la Universidad de Puerto Rico

Aún así los estadistas han logrado superar la discriminación cultural de parte de un independentismo recalcitrante. Hemos tenido que buscar más allá de nuestras playas, en el continente americano, como los estados han manejado la cultura para darnos cuenta que ésta no está en un museo ni en una agencia de gobierno, ni pertenece a un grupo en particular. Una verdad que ninguna ideología puede atropellar ni secuestrar y es que la cultura es inherente del ser humano y está ligada fuertemente al país donde se vive.


“Don Ricardo Alegría, el prócer boricua que acaba de fallecer a los 90 años, supo echarse sobre sus hombros, en importantes momentos de nuestra historia, la defensa de esa cultura vibrante y gozosa que nos identifica como puertorriqueños. Tuvo la visión de comprender cómo esa cultura que él amaba era amenazada por razones políticas y porque muchos, aún hoy, la desmerecen en una Isla que padece de pobre autoestima colectiva. Don Ricardo se propuso, y logró, que la cultura fuera orgullo y alegría de nuestro pueblo.”
Nelson Gabriel Berríos
Eso es Así
Columna de Opinión en El Nuevo Día
7 de julio de 2011

Para ser un buen puertorriqueño orgulloso de su cultura hay que ser antiamericano, ese ha sido el concepto de la izquierda para justificar el secuestro de la cultura y las artes, el resultado es que hoy Puerto Rico no ha podido desarrollarse en la cultura como producto de exportación.

El Partido Nuevo Progresista
“El Partido Nuevo Progresista (PNP) en los últimos años habla de ‘Estadidad Jíbara’; con eso quiere decir que la asimiliación a los Estados Unidos no habrá de modificar y mucho menos destruir la cultura puertorriqueña.

Desde que llegó el gobierno PNP ha proyectado su puertorriqueñidad; por ejemplo, su máximo dirigente, o jefe de partido, juega dominó, come arroz y habichuelas y corre a caballo, como cualquier hijo de vecino. Su esposa, perteneciente a una cultura extranjera, habla español y ahora afirma que ella también es puertorriqueña. Otras manifestaciones han ocurrido hace dos años en el mensaje sobre las condiciones del país; mensaje obligatorio que dirige el Gobernador de Puerto Rico a la legislatura puertorriqueña. En este mensaje Carlos Romero Barceló, prometió que todos los recordatorios vendidos al turista serían hechos en Puerto Rico y no en Japón y Hong Kong como hasta el presente. En ese mismo mensaje usó la emoción nacionalista para señalar quiénes son puertorriqueños y quiénes no lo son. Acuñó la frase ‘Esos sí son de aquí’ y ‘esos no son de aquí’, apropiándose de una canción conocida puertorriqueña, para indicar que aquellas personas en huelga, que usaban el sabotaje para destruir las instalaciones de corriente eléctrica, ‘no son de aquí’. Señalaba tal vez, como tantas veces nos han querido convencer que la ‘violencia’ no es un rasgo cultural puertorriqueño. Últimamente, ese partido de gobierno, ha aprobado una serie de leyes para crear instituciones que le dejarán influir legalmente sobre la cultura. Por medio de fondos públicos podrá jugar un papel en la determinación de qué libros habrán de publicarse, que conjuntos musicales se darán a conocer, etc.”
Puerto Rico Sociedad, cultura y política
Carlo D. Núbila y Carmen Rodríguez Cortés
Antólogos
Isla Negra Editores 2003

Los estadistas somos emprendedores, esa es nuestra naturaleza porque la libertad que nos ofrece la ciudadanía americana nos hace forjadores de ideas y proyectos que se han visto tronchados por la pared de la agencias que no permiten este desarrollo cultural que exigen los nuevos tiempos.

“La defensa del idioma, la oposición a la implantación de la pena capital en Puerto Rico, la lucha por la libertad de los presos políticos, la defensa de la cultura puertorriqueña y de las instituciones que la representan, la lucha por la independencia y el anticolonialismo, tuvieron en Nilita una exponente férrea y consistente.
Como fundadora, o como dirigente destacada, encontramos su presencia en nuestras más preciadas instituciones culturales: el Ateneo Puertorriqueño, del cual fue miembro en su juventud, y presidió por quince años; la Casa Nacional de la Cultura; el PEN Club de Puerto Rico y Pro Arte Musical, entre otras.”
Boletín del Archivo General de Puerto Rico
Instituto de Cultura sobre la colección documental de Nilita Vientós Gastón por Carmen Alicia Dávila Padró, Agosto 2002

Sólo los “defensores de la cultura” que pertenecen al círculo nacionalista son los que trascienden porque tan pronto un artista se identifica como estadista se le obstaculizan sus aspiraciones y por consiguiente viene el discrimen.

La historia de Puerto Rico tiene muchas lagunas porque los historiadores se han encargado de ocultar los logros de los que creen y piensan distinto a ellos. Triste aportación a la democratización de la Cultura.


Hay que tener mucho poder y voluntad para romper con los esquemas, sólo unos pocos lo han logrado, muy pocos, Don Luis A. Ferré, quiso acuñar el concepto de “Estadidad Jíbara” llovieron las burlas y críticas, tocó una fibra muy sensitiva para los nacionalistas que toda la vida quisieron que creyéramos otra cosa.

No dudo que tuvieron mucho éxito en su empeño pero cometieron un grave error, nos excluyeron, por eso hoy los defensores de la cultura no trascienden y se han convertido en un club privado con muchos éxitos personales pero pocos éxitos colectivos y patrióticos. Mucho dinero para sus bolsillos pero poca trascendencia histórica.
¿De qué les sirve? Such is Life!