No es un patriotismo deseable ir en contra del
comportamiento civilizado.
Friedrich Dürrenmatt
Pintor y escritor suizo
Desde el séptimo grado, la joven estudiante boricua Enidris
Siurano Rodríguez, nacida en Puerto Rico y residente de Maryland desde los 3
años, ha tenido la costumbre de quedarse sentada en su pupitre cada mañana
cuando al inicio de la jornada escolar sus compañeros se levantan a recitar el
juramento a la bandera estadounidense.
“Tiene una situación antidemocrática”
Estudiante boricua defiende no jurarle lealtad a EE.UU.
What? Are you kidding? Hay que tener fuerza de cara para
hacer una barbaridad como esta, pero así son, desconocen el “point of no
return” de vivir en un país comunista y desertar.
¡Que confusión de espíritu tiene esta chica! Y los padres se
deberían de abochornar de tener una hija tan insolente, pero claro, estar en
contra del “establishment” es un acto de valentía comunista siempre y cuando
sea en contra de USA. END lo reseña como la gran hazaña y yo le preguntaría a
esta mocosa...
¿a quién le tiene lealtad?
¿a qué soberanía política le tiene
lealtad?
Obvio que siguen la doctrina comunista
y pretenden cogernos de pen...zuacos
Debería la muchachita averiguar como se manejó el
patriotismo bajo el socialismo de la Alemania nazi y hoy en el comunismo de Corea del Norte, a ver si le gusta, obviamente en el que creen sus padres — porque el embuste de
que fueron estadistas no se lo cree nadie — y que se lo inculcaron a ella, en
la más crasa ignorancia de la verdad y la realidad de lo que significa ser
patriota viviendo en los Estados Unidos de América porque la única diferencia es una hermosa palabra, LIBERTAD.
Nada mejor que conocer lo que el comunismo hace con sus víctimas
para comparar que la libertad que goza esta mocosa para ser irreverente es
razón suficiente para no solamente ponerse de pie frente a la bandera y recitar
el “Pledge of Alliance”, sino llorar con su mano en el pecho cuando canta ese
himno americano... y esto no es pitiyanquismo.
Juzgue usted...
22 de abril de 2013 - El Nuevo Día
Desertor narra la “pesadilla” de vivir en Corea del Norte
Asegura que las autoridades le lavan el cerebro al pueblo
Por BBC Mundo
“El cuerpo es tuyo, la mente le pertenece al Gran Líder”.
Habla Kim Joo-il, un excapitán del ejército norcoreano que desertó en 2005.
En conversación con BBC Mundo, Kim –quien vive en Reino
Unido desde 2007– explica por qué el lavado de cerebro que dice haber sufrido y
el que -según asegura- experimenta la mayoría en Corea del Norte lleva a que
los norcoreanos quieran ir a una guerra en medio de la tensión que vive la
península.
"Tanto los civiles como los soldados sufren por la
situación económica. Y quieren cambiar eso. Van a morir de todos modos así que,
¿por qué no tener una guerra?", afirma Kim, quien una y otra vez –en una
charla que brindó la semana pasada en la sede de la BBC en Londres– hizo
hincapié en el lavado de cerebro.
Allí está, dice, la explicación de que la sociedad no vea
con malos ojos la retórica encendida de su líder, Kim Jong-un, quien desde que
la ONU impuso en marzo nuevas sanciones al régimen por su ensayo nuclear ha
puesto, en base a acciones y amenazas, en alerta a Estados Unidos y Corea del
Sur, y a su aliado China.
"Les enseñan a pensar que pasan hambre por culpa del
mundo exterior. Y necesitan un arma nuclear para luchar y dejar atrás las
dificultades. A las autoridades, que están cómodas en sus puestos y con su
estilo de vida, les sirve hablar de conflicto: distraen a la gente, intentan
que olviden que comen una vez al día, pero no quieren concretar sus amenazas
porque buscan forzar el diálogo con otros países para recibir ayuda".
Kim resume así su opinión sobre los motivos detrás de esta
escalada.
"Somos raros"
"Es natural ver que somos raros porque no conocemos el
mundo exterior y el mundo exterior no nos conoce a nosotros, no saben lo que
pasa adentro", dice Kim, de 40 años.
Corea del Norte es un régimen impenetrable, salvo
excepciones.
Kim es una de ellas. A los 32 años consideró que ya había
tenido suficiente y decidió ser uno de los casi 30,000 desertores del régimen,
23,000 de los cuales -se estima- viven en Corea del Sur.
Enidris ¿qué prefieres: parada con orgullo o de rodillas llorando? |
Bajo el mandato de Kim Jong-un, quien alcanzó el poder a
fines de 2011 a los 27 años tras la muerte de su padre Kim Jong-il, activistas
de derechos humanos y funcionarios surcoreanos aseguran que se ha complicado
aún más abandonar el país, señala el diario estadounidenseThe New York Times.
Según el periódico, la pobreza generalizada de los norcoreanos
hace que sea casi imposible reunir el dinero para pagar por su escape. Y el
endurecimiento de los controles en la frontera con China hizo que el año pasado
se redujera un 44% la cantidad de refugiados norcoreanos que llegaron a Corea
del Sur, que totalizaron 1,509.
Cruzar el límite entre Corea del Norte y Corea del Sur
implica atravesar la Zona Desmilitarizada de Corea, de 238 km de longitud y 4
km de ancho. Tarea casi imposible.
Para quienes dejan el país huir es el primer paso hacia la
libertad. Pero una vez allí los recuerdos del pasado suelen perseguirlos.
"Estaba tan adaptado al ambiente que era natural ver
morir a familiares y amigos de inanición. Sólo cuando deserté, en ese momento
me di cuenta de lo doloroso que había sido", le dice a BBC Mundo a través
de una intérprete.
Pero eso ni siquiera es su peor recuerdo. Habla de la
pesadilla de una vida "sistematizada".
Recuerda una vida de dificultades económicas. Una frase que
se queda corta con la realidad. Se estima que hasta tres millones de personas
murieron en la hambruna que afectó al país entre 1994 y 1998.
Idolatrar al líder
Como capitán del ejército, al cual se había unido en 1992,
debía recorrer distintas partes del país, visitar a soldados en remotos
puestos. Empezó a comprender la magnitud del horror, los excesos del régimen,
el sufrimiento generalizado. Y el lavado de cerebro.
Ese que comienza en la escuela, donde un tercio del programa
de estudios está dedicado a la idolatría. En ese entonces, del Gran Líder, del
fundador de la República, Kim Il-sung, abuelo del actual líder.
Una idolatría que contamina el día a día, en la que una vez
a la semana se deben citar de memoria las enseñanzas del Gran Líder, fallecido
en 1994 tras un mandato de 46 años, y donde en la escuela los problemas de
aritmética se hacen con la cantidad de tanques estadounidenses destruidos a
manos de soldados norcoreanos.
Importa, cuenta Kim, mostrarse fiel al régimen, y no el
conocimiento que se pueda tener en química, por ejemplo: basta destacarse en la
idolatría para llegar a la universidad.
"No había información del mundo exterior, no había
forma de cuestionar lo que nos decían", dice.
Pero Kim quería ver qué había más allá, cómo era ahí afuera.
Empezó a pensar en desertar, pero el miedo lo paralizaba. Cuenta que fueron
tres intentos antes de concretarlo.
Cada vez que antes de intentar llegar a la frontera con
China pasaba por casa de sus padres, en la provincia limítrofe de Hamgyong del
Norte, se resistía a abandonarlos. No podía, consciente de que ser descubierto
no sólo implicaba su ejecución sino el castigo para su familia.
Cuando logró vencer los temores, cuando logró desertar,
evitó pasar por la casa de sus padres para una despedida. Tenía 32 años. Ellos
siguen en Corea del Norte, junto a su hermana y hermano.
"Se necesita coraje. Y curiosidad", dice en su
tono tranquilo, con una voz casi apagada. Quería ver qué había afuera. Pero su
curiosidad se limitaba a China.
Nunca pensó que dos años después estaría en Londres. Nunca
pensó que antes pasaría por Vietnam, Camboya y Tailandia.
Todavía recuerda las sensaciones del escape. Se le ilumina,
por primera vez, la cara. Deja atrás por un momento su voz monocorde.
Y cuenta que una noche de agosto de 2005 nadó cuatro horas
por el río Tumen y llegó a un huerto. Manzanas en todos lados. Manzanas en
árboles. Manzanas en la tierra. Una escena impensada en su país: nadie las
dejaría sin comer. "Apenas puse un pie en China, me di cuenta que había
tomado la decisión correcta".
Afirma que nunca se arrepiente de haber partido, pero se
apena por su familia. Y todavía teme por ella.
"Se necesita sacrificio"
"Pero para reconstruir a Corea del Norte –explica– se
necesita sacrificio. Y si yo no me sacrifico, no puedo pedir el sacrificio de
los demás".
Kim vive junto a su esposa y dos hijos en New Malden, una
pequeña localidad al oeste de Londres.
Es uno de los poco más de 600 refugiados norcoreanos
registrados en Reino Unido. Desde aquí dirige la publicación digital Free NK,
"un diario para la democracia en Corea del Norte". Y a la distancia,
busca un cambio de régimen.
Corea del Norte puede colapsar por tres factores, sostiene:
con un movimiento al estilo de la Primavera Árabe, por la acción de la fuerza
de las potencias extranjeras (China incluida) o través de los medios de
comunicación y los desertores.
"Se necesita una revolución, pero la gente precisa una
iluminación. Tiene que haber una combinación para que exista una revolución
democrática adecuada, es difícil que pase ahora", dice.
Y si va a haber un cambio, añade, lo más probable es que
venga de la mano de otros como él.
"Los desertores queremos cambiar Corea del Norte, es la
forma ideal de hacerlo. Sabemos qué está pasando, si nos podemos organizar,
podemos alcanzar a la sociedad norcoreana".
¿Qué te parece Enidris?
Enidris, tu ridiculez debería ser motivo de vergüenza,
demuestra ser agradecida con la tierra que te permite vivir en libertad y
desarrollarte para vivir tus sueños de tocar el violín, la defensa de Puerto
Rico se hace de otra manera y desde acá.
¿No te das cuenta que esa libertad representa el que nadie
te obliga y que el amor a la nación que te cobija es voluntaria y un acto de
agradecimiento? ¿O todavía no entiendes?
Tu vida en la estadidad está llena de paz y oportunidades,
con tu comportamiento te unes a los enemigos de esa nación que pretenden
implosionarla. Aprende a respetar a los que los obligan a idolatrar un líder en
contra de su voluntad en un bochornoso falso patriotismo comunista
como existe
en Corea del Norte, Cuba y Venezuela.
¡Aprende nena!
¡no nos avergüences con tu estupidez!
Mejor
se honesta contigo misma, di que odias a los Estados Unidos, admite que tú y tu
familia son comunistas y entonces así justificarás tu comportamiento
contradictorio.
Such is Life!