domingo, 24 de enero de 2010

Susan Brownell Anthony

“¿Dónde, bajo nuestra Declaración de Independencia, consigue el hombre sajón el poder de privar a todas las mujeres y a los negros de sus derechos inalienables?”

“Qué criatura espantosa debe ser su Dios para enviar bocas hambrientas, 
mientras Él retiene el pan para llenarlos”
en ocasión de visitar una organización caritativa y ver una madre 
con seis niños harapientos y sucios y ver que venía otro en camino.
Susan Brownell Anthony



¿Qué legado dejó esta mujer para merecer estar en una moneda de a dólar y preguntar quien fue, en el exámen de ciudadanía que le dan a los que solicitan la ciudadanía americana? Me hice esta pregunta y sin duda alguna hizo mucho en una época donde se luchaba por los derechos en una recién fundada nación que todavía padecía de “dolores de crecimiento”.

Susan Brownell Anthony
Aprendió a leer y a escribir a la edad de tres años, a los seis años un maestro se negó a enseñarle división larga por ser niña, al ver su padre la educación pobre que recibía decidió enseñarle él mismo en su casa. Una maestra llamada Mary Perkins le inculcó una imagen de mujer progresista fomentando aún más su creencia en la igualdad de la mujer. Este dato me hace pensar en el sistema de “enseñanza en casa” muy usado hoy en día, y probado fuera de duda que es una herramienta que los padres responsables y preocupados de la educación inadecuada utilizan en beneficio de sus hijos para alcanzar grandes metas en sus vidas.

Heredó de sus padres la lucha por los derechos civiles, su padre un fabricante de algodón y abolicionista, su madre una mujer progresista que asisitió a la Convención de los Derechos de la Mujer en Rochester celebrada en agosto de 1848, dos semanas después de la histórica Convención de Seneca Falls, donde firmó la Declaración de Sentimientos, un documento que causó mucha controversia en una época de mentalidad convencional y costumbres donde la mujer estaba sometida a la voluntad del hombre. Muchas personas respetaban el valor del documento pero por otra parte no estaban dispuestos a abandonar las predisposiciones convencionales.

Lucy y Daniel Anthony impusieron a sus hijos autodisciplina, convicciones por principios y la creencia en la autoestima. Por tanto, Susan tambien fue una defensora de los derechos civiles y jugó un papel esencial en el movimiento de los derechos de las mujeres en el siglo 19 al defender el derecho al voto de la mujer y los negros en Estados Unidos.

En la época de la Guerra Civil Norteamericana, con 16 años reunió dos cajas de peticiones en contra de la esclavitud en un desafío a la prohibición de presentar peticiones en la Cámara de Representantes. A los 29 años puso en el candelero público el problema del abuso del alcohol.

Se distanció de la religión organizada y fue criticada por grupos religiosos por demostrar tendencias y opiniones antireligiosas porque presenció casos de uso de alcohol entre los predicadores de la Iglesia a la que ella asistía.

En 1868 publicó un periódico semanal titulado “La Revolución”, su lema fue “La república verdadera, hombres, sus derechos y nada más; mujeres, sus derechos y nada menos”. La motivación de esta publicación fue el de promover que mujeres y afroamericanos tuvieran derecho a votar, también incluyó asuntos como igual salario por igual paga, leyes más liberales sobre el divorcio y la posición de la iglesia sobre asuntos de mujeres.

Igualmente publicó sus opiniones en cuanto a la sexualidad y el matrimonio; sobre el que una mujer tenga sexo con su marido en contra de su voluntad, en esa época la mujer norteamericana no tenía un recurso legal contra la violación de parte de su marido.

Fue importante para ella que se le otorgara a la mujer el derecho a su propio cuerpo en cuanto a la prevención de embarazos no deseados, utilizando la abstinencia.

En 1869 escribió su opinión en relación a una ley contra el aborto, “la causa también debe abordarse, sólo se siega la cima de la maleza, mientras se deja la raíz”. “Culpable sí, no importa el motivo, amor llano o un deseo de salvar el sufrimiento del inocente no nacido, la mujer que comete el acto es terriblemente culpable, agobiará su conciencia en vida, agobiará su alma en la muerte, pero ohh, tres veces culpable es el que por satisfacción egoísta, haciendo caso omiso de sus oraciones, indiferente a su destino, la llevó en su desesperación a cometer un crimen”.

El 18 de noviembre de 1872 fue arrestada por votar “ilegalmente” en las elecciones presidenciales de ese mismo año, condenada siete meses mas tarde a pesar de defender la decimocuarta enmienda recientemente adoptada que garantizaba que “todas persona nacida y naturalizada en Estados Unidos , que contiene los privilegios de la ciudadanía, sin importar el género” que le dió a las mujeres el derecho constitucional de votar en las elecciones federales. La sentencia fue una multa, pero sin encarcelamiento, haciendo valer su defensa en el tribunal, nunca pagó la multa y este juicio le dió la oportunidad de predicar sus argumentos a una audiencia más amplia.

Tuvo iniciativas para unir a las mujeres en el movimiento obrero con la causa del sufragio pero no anticipó que este movimiento obrero sería motivo de preocupación para la clase media antes que el derecho al voto de la mujeres porque alentaba el que las mujeres puedan lograr su independencia económica, trabajando en las imprentas donde los trabajadores masculinos estuvieron en huelga en ese momento. Fue expulsada de la Unión Nacional del Trabajo por esta controversia.

Sin duda fue una mujer controversial, una mujer que luchó por lo que hoy día disfrutamos nosotras sin saber porque las disfrutamos, ni como fue el proceso. Algunos temas que combatió, entre ellos el abuso del alcohol y la violencia doméstica todavía hoy día son problemas en la sociedad a nivel mundial.

Yo personalmente creo y estoy convencida que una buena educación donde se le enseñe a los niños no solamente matemáticas y ciencias sino también como combatir los problemas sociales es indispensable para una mejor sociedad. Es responsabilidad de los padres procurar que sus hijos se eduquen adecuadamente para ser hombres y mujeres con convicciones y una alta autoestima. Sin duda alguna Susan Brownel Anthony fue un ejemplo de lo que unos padres pueden lograr con la educación de sus hijos. Una mujer con un propósito de vida que fue defender el derecho de la mujer a una vida digna, de respeto, y pleno desarrollo en igualdad de condiciones con el hombre.