“No hay un solo republicano que haya apoyado eso en
Washington ni han ofrecido alternativas tampoco y eso es inaceptable porque
esto es una crisis. Hemos hablado de la crisis en salud pero eso va de la mano
con la crisis económica y ustedes merecen más que eso”
Hillary Clinton
¡Embustera!
Yo todavía no me explico que hacía Mayita Meléndez, Evelyn
Vázquez y Melinda Romero en una actividad de una candidata que no menciona la
palabra estadidad y que NO APOYA LA ESTADIDAD PARA PUERTO RICO.
Tampoco encuentro lógico que se pretenda tener privilegios de
estado sin serlo. Eso como quiera que lo pongan, es busconería, estamos hartos
que nos vean como buscones que queremos “lo mejor de dos mundos”, y ayer vimos
con mucho coraje que la candidata por el Partido Demócrata, se pasó por el
forro los resultados del plebiscito del 2012.
Y los supuestos estadistas demócratas dejaron pasar la
oportunidad de oro para que se hablara del estatus en el Mainland. ¿Qué les
pasa?
¿A qué fue Hillary a Puerto Rico?
A buscar el dinerito para paralizar la estadidad. ¡Qué vergüenza!
Los populares como siempre buscando el “consenso” para
beneficiarse sólo ellos.
¿Van a seguir los líderes penepés jugando a la hipocresía?
Agradezco a Marcos Rubio que tuvo la claridad mental para
decir las cosas como son. Hillary es un cartucho quema’o y espero que coja la
pela que se le perdió a Magollo por hipócrita.
Esta es la verdad monda y lironda...
Situado a menos de mil millas del continente americano, Puerto Rico ha sido territorio de Estados Unidos desde el fin de la Guerra Hispanoamericana en 1898. Desde 1917 los puertorriqueños son ciudadanos americanos. Soldados, marinos, aviadores puertorriqueños han luchado con valentía en cada conflicto americano de los últimos 100 años, sirviendo -y haciendo el sacrificio máximo- en mayor proporción que los estadounidenses de casi cualquier otro lugar.
Puerto Rico ha sido bendecido con belleza natural, una cultura vibrante, trabajadores arduos y americanos patrióticos. Por desgracia, la misma ideología liberal que ha causado estragos de mayor escala en Estados Unidos ha tenido consecuencias mucho más desastrosas para Puerto Rico. Igual que sus contrapartes en Washington, los políticos de esa misma tendencia ideológica en Puerto Rico -que hoy acogen a Hillary Clinton en San Juan- han aumentado impuestos y gastado excesivamente, faltándoles la valentía política y competencia para sacar a Puerto Rico de la desesperación económica.
El resultado es la actual mezcla tóxica de estancamiento económico, altos impuestos y un gobierno desproporcionado, que ha llevado a una seria crisis a causa de su deuda y a un éxodo masivo de sus habitantes. Más de 3.5 millones de ciudadanos americanos viven en Puerto Rico hoy, y enfrentan severas dificultades económicas.
Mientras que algunos han sugerido que Washington puede ofrecer una solución mágica para ayudar a Puerto Rico, la realidad es que los líderes de Puerto Rico deben liderar y hacer el trabajo difícil, pero esencial, para lograr la reducción del gasto, frenar el problema del gobierno desmedido que se ha ido de las manos y eliminar las políticas que destruyen empleos, incluyendo un sinfín de nuevos impuestos. Permitir que los municipios de Puerto Rico reorganicen sus deudas bajo el Capítulo 9 del Código de Quiebras de Estados Unidos no resolvería los problemas de Puerto Rico y sólo debe ser un último recurso a seguir si Puerto Rico toma medidas significativas para arreglar su presupuesto y el actual desastre económico. Hasta ahora, los anfitriones de Hillary Clinton en San Juan hoy no han logrado proponer ninguna medida seria para solucionar los desafíos económicos de la Isla.
Si bien la recuperación de Puerto Rico es responsabilidad de los líderes puertorriqueños, el próximo presidente de Estados Unidos puede hacer una contribución positiva. Cuando saquemos a Estados Unidos de la agenda de Obama, la cual Hillary Clinton seguramente extenderá, y en su lugar implementemos mi agenda conservadora, podremos crear las condiciones favorables para el renacimiento de Puerto Rico como parte de una nueva economía americana en el siglo XXI.
Por ejemplo, una manera en que voy a enfrentar el problema del desempleo es hacer más atractivo el trabajo de baja remuneración a través de reformas al Crédito por Ingreso del Trabajo (EITC) convirtiéndolo en un salario mejor remunerado el año entero (“wage enhancement”).
Aunque el crédito federal (EITC) que existe hoy no aplica en Puerto Rico, mi propuesta asegurará que los puertorriqueños en busca de trabajo no estén restringidos por las políticas de un gobierno federal que los trata desigualmente.
También podemos ayudar a las familias puertorriqueñas a través de mi plan de reforma contributiva pro-crecimiento y pro-familia, que no sólo va a crear más puestos de trabajo, sino también duplicaría el Crédito Tributario por Hijos (CTC) para cada niño. La ley actual limita este crédito a los trabajadores puertorriqueños que tienen tres o más hijos, pero como presidente, impulsaré un plan de reforma tributaria para todos los americanos que reconozca que los costos de criar a sus hijos empiecen con el primer hijo.
Y aunque todos los estadounidenses se beneficiarán cuando derogue y sustituya el Obamacare, los puertorriqueños especialmente sentirán alivio del daño desproporcionado que la Administración Obama ha infligido a la Isla al restringir sus fondos de Medicare Advantage y reducir los pagos de reembolso de Medicare, que han dejado a los pacientes con menos opciones de atención médica y costos más altos. Bajo mi plan de salud para derogar y reemplazar el Obamacare, los consumidores puertorriqueños serán tratados igual que los consumidores estadounidenses en el continente. De hecho, como presidente, todas mis políticas intentarán hacer más fuerte a nuestro país y la vida mejor para todos los americanos, incluyendo a los que viven en Puerto Rico.
El estatus de Puerto Rico tiene que ser resuelto, y la desigualdad que ha existido por parte del gobierno federal tiene que terminar. Como presidente, seguiré pronunciándome con claridad sobre la importancia de habilitar a los puertorriqueños para que puedan resolver su estatus. En el referéndum de 2012, los puertorriqueños dejaron claras sus aspiraciones al rechazar su relación territorial y escoger la estadidad. Puerto Rico se merece tomar el próximo paso, algo que Estados Unidos ha ofrecido a sus territorios desde 1787 cuando abrió la puerta a la creación de nuevos estados, incluso antes de la adopción de nuestra Constitución. Puerto Rico debe llevar a cabo en la Isla una votación patrocinada por el gobierno federal con dos opciones: convertirse en un estado o no. Si la mayoría de los puertorriqueños vota sí, el Congreso y el próximo presidente deben respetar su voluntad y hacer lo necesario para admitirlos como el estado 51 de la unión.
Durante más de un siglo, los puertorriqueños han contribuido a nuestra economía, han enriquecido nuestra cultura y noblemente se han sacrificado en nuestras guerras. Los puertorriqueños son americanos. Ellos merecen algo mejor que el liderato indiferente en Washington y la atroz gestión de un gobierno desmedido en San Juan. Los líderes de Puerto Rico tienen que responder al reto, pero tomando algunos de los pasosque se indican aquí, los líderes en Washington pueden hacer su parte para ayudar a que Puerto Rico se convierta en la joya de Estados Unidos en el Caribe.
viernes, 4 de septiembre de 2015
Mejor futuro para Puerto Rico
http://www.elnuevodia.com/opinion/columnas/mejorfuturoparapuertorico-columna-2094908/
¡Estadidad AHORA!
¿O es que todavía no entienden?
Pedro Pierluisi, creo que llegó la hora
de endosar al GOP.
Such is Life!