domingo, 18 de noviembre de 2012

¿Qué hace un represor castrista en Miami?


¿Quién no ha leído a Mafalda?
y sus mensajes subliminales
sobre la represión.
¿habrá llegado Mafalda a Cuba?
No creo.

Hipócritamente hablan de una reconciliación entre cubanos de aquí y de la Isla, víctimas todos del mismo opresor y que nunca han estado divididos ..! fariseos..!! 
La reconciliación y el diálogo que quieren estos neodialogueros es con la tiranía, con la Policía Política….con los torturadores.
Armando Valladares
MIÉRCOLES, MARZO 21, 2012
ARMANDO VALLADARES DESNUDA A LOS NEO DIALOGUEROS
OTRA VEZ EL DIÁLOGO

“Rivero demuestra en esta carta que es un excelente discípulo de Fidel Castro”, precisó Fariñas a El Nuevo Herald desde su casa en Santa Clara. “Es un gran demagogo y mentiroso”.
[expresiones de Guillermo Fariñas sobre Crescencio Marino Rivero,
ex-director del Dpto. Jurídico del MININT en la provincia de Villa Clara, Cuba]

 Montaner y golpistas se unen para promocionar a terrorista Valladares 
Carlos Alberto Montaner, conocido colaborador de la CIA condenado por terrorismo en Cuba en 1960, acaba de dirigir la presentación del libro de su amigo Armando Valladares, otro terrorista recuperado por la CIA, en un evento convocado en Miami por una dependencia de la CIA, el llamado InterAmerican Institute for Democracy (IID), patrocinador el 17 de noviembre de 2010 de una cumbre de golpistas y terroristas en el Capitolio de Washington.

¿Qué les parece? Para los cubanos castristas todo es culpa de la CIA.

Cómo no olvidar las consignas ¡Esta calle es de Fidel! ¡Pin pon fuera, abajo la gusanera! Como no olvidar los comités de la revolución, los chivatones, las cárceles, Mariel, el exilio, Operación Pedro Pan, balseros, paredón de fusilamiento, separación de familias, lágrimas, intolerancia, incertidumbre, corrupción, Damas de Blanco... Todo por un dictador sangriento, ególatra y mezquino como Fidel Castro.

La historia de Cuba desde 1959 es una tragedia, muchos cubanos han auspiciado esta barbaridad por miedo e incapacidad de cambiar una dictadura férrea que ha convertido a esa isla en la finca privada y feudal del amo gobernante... y la culpa es de la CIA. No hay duda que el comunismo es una plaga y muchos por ahí viven en la enajenación total del peligro de ese sistema, muy camaleónico por cierto.

Y ahora después de tanto odio hacia el imperio yanqui y la CIA, resulta que los lacayos de la dictadura quieren vivir allí con la CIA. ¡Adiós mis cuartos! ¿Qué pasó? ¿Y el yuma no es peor que el diablo en persona?

Juzgue usted...

Represores Cubanos buscan refugio en Miami
17 de noviembre de 2012
JUAN O. TAMAYO
ELNUEVOHERALD.COM
El activista Elizardo Sánchez Santa Cruz afirma desde La Habana que no siente rencor por los Caamaños, vecinos que colaboraron con los agentes de la Seguridad del Estado para acosarlo durante años. Después de todo, él es el presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.
¿Exiliados cagalitrosos?
¿Y para qué quieren
convivir con ellos?
Pero su hermana Marcela, que vive con él, no tiene problemas en denunciar a los dos Caamaños y a un yerno que ahora viven en Miami.
“Lo primero que haría es mandarlos de regreso de Miami para acá”, afirmó Marcela. “No es rencor. Pero si mucha pena por mucha gente pasando dolor aquí, y ellos viviendo sin ningún tipo de preocupación”.
Crescencio Marino Rivero, ex jefe de prisiones en una provincia cubana, hizo titulares el mes pasado cuando fue acusado de abusar de algunos reos y ordenar a los guardias maltratar a otros antes de que se mudara hace dos años a Miami.
Pero cientos de otros cubanos con pasados desagradables también viven aquí, incluyendo a agentes de la Seguridad del Estado, chivatos (delatores) y colaboradores, jueces, policías y miembros de los Comités de Defensa de la Revolución.
La mayoría eran pequeñas piezas en la maquinaria de represión política del sistema comunista. No golpearon ni torturaron. Pero tampoco fueron inofensivos. Su trabajo pudo haber llevado a algunos disidentes a prisión o haber impedido que sus hijos entraran a las universidades.
Sin embargo, como cientos de miles de otros cubanos, eventualmente se mudaron a Miami, legal o ilegalmente, por razones válidas o sospechosas. Y sus víctimas se encolerizaron cuando vieron a quienes abusaron de ellos viviendo en la capital del exilio cubano.
“El caso es que me jodió mi vida”, afirmó José Varona, de 73 años, sobre el agente de la Seguridad del Estado cuyo testimonio en un juicio en 1973 ayudó a enviarlo por 6 años y medio a prisión. Varona fue liberado y se trasladó a Miami en 1979. El agente llegó hace dos años.
Frank Parodi, un agente retirado de la unidad contra los violadores de derechos humanos de la Policía de Inmigración y Aduanas, declaró que después que se anunció el arresto de un represor cubano en 1992, su oficina recibió 250 denuncias sobre otros represores que se encuentran en Miami. Parodi fue transferido a Washington con posterioridad y no sabe que sucedió con esos informes.
Elizardo Sánchez Santa Cruz indicó que en realidad “cientos y cientos” de oficiales y agentes de la Seguridad del Estado, la rama del Ministerio del Interior a cargo de la represión política, se trasladaron a Estados Unidos en años recientes. Irónicamente, agregó, algunos fueron en busca de un refugio.
“Los más avispados perciben que el régimen está en la fase final” y temen ataques vengativos, comentó Sánchez Santa Cruz por teléfono desde La Habana. “Están buscando ponerse a buen recaudo”.
Funcionarios del gobierno de EEUU reconocen que es difícil, si no imposible, separar las manzanas malas cuando los cubanos solicitan visas, residencias o ciudadanías de EEUU.
Agentes de la Seguridad del Estado usan pseudónimos para ocultar sus identidades cuando reprimen a disidentes, y Washington no parece tener grandes bases de datos que pudieran alertar de cubanos con pasados sucios.
Marcela Sánchez Santa Cruz aseguró que alertó a los diplomáticos estadounidenses en La Habana que tres de sus vecinos, los Caamaño, habían obtenido visas de EEUU y se preparaban para partir. Ellos llegaron a Miami en el 2000 o el 2001.
En ausencia de relaciones diplomáticas plenas entre EEUU y Cuba, La Habana no coopera confirmando los detalles personales de los cubanos que buscan visas o ciudadanías, y casi nunca acepta deportaciones provenientes de EEUU.
Rivero y su esposa aparentemente no revelaron en sus documentos para la visa o la residencia que habían tenido los rangos de coronel y capitán en el Ministerio del Interior y que habían pertenecido al Partido Comunista, hechos que podrían haber despertado una mayor atención a sus casos por parte de la autoridades de EEUU.
“Los chequeos y controles que tenemos para los inmigrantes de otras nacionalidades no han sido tan efectivos con los cubanos”, declaró Parodi. “Esas son personas que no deberían estar aquí, pero todo lo que tenemos es cualquier cosa que escriban en el papel. Y una vez que están en Miami, ya están dentro”.
Los ex agentes y colaboradores también pueden ser un riesgo de seguridad para el gobierno de EEUU, debido a que pueden cooperar con agentes de la inteligencia cubana, voluntariamente o bajo presión, explicó Elizardo Sánchez Santa Cruz.
Oscar Peña, activista de derechos humanos de Miami, apuntó que es tiempo de que los cubanos dejen de prestarle atención a viejas heridas, “no olvidar, pero trazar una línea mental y decir ‘esto se acaba ahora’”. Lo mismo va para los que residen en la isla y mantienen rencores contra los exiliados, agregó.
Pero eso es una idea difícil de aceptar para las víctimas, sus parientes y amigos.
Después de que El Nuevo Herald publicó la primera historia sobre Rivero, recibió una docena de quejas contra otros supuestos represores que se encuentran en el sur de la Florida.
Un hombre de Miami envió un correo electrónico al diario para denunciar a un juez de La Habana que según dijo, se negó a ayudar a un amigo mutuo encontrado culpable de un crimen no político en la década de 1980.
Otro alegó que un ex guardia de una prisión en la provincia de Camagüey llamado Eugenio Salgado había trabajado en el restaurante Palacio de los Jugos en la Calle Flagler. La dueña Apolonia Bermúdez dijo que Salgado se fue de allí hace 10 o 12 años y los esfuerzos de El Nuevo Herald por encontrarlo no tuvieron éxito.
Rodrigo de la Luz, un autor de Miami, indicó que se quedó aturdido hace algunos años cuando se encontró con el policía que observó pero no hizo nada mientras otro policía lo golpeaba hace 20 años en La Habana por faltarle al respeto durante su arresto.
“Yo estaba esposado y usted se rió”, recordó De la Luz, actualmente de 23 años, que le dijo al hombre, quien admitió que había sido policía pero negó haber abusado jamás de alguien e insistió que eso era historia antigua.
“Al fin y al cabo, todos estamos aquí” en Miami, agregó el hombre.
De la Luz dijo que denunció al ex policía ante el FBI, pero no sabe si esta agencia siguió adelante con el caso. Su nombre era José Luis, pero de la Luz no se recuerda si alguna vez supo su apellido.
Marcela Sánchez Santa Cruz, de 62 años, comentó que los Caamaño apoyaron enérgicamente al gobierno de Castro durante décadas y le permitieron a la Seguridad del Estado usar su casa, frente a la de ellos, como base y lugar permanente de una cámara de video que grababa a todos los visitantes de su hermano.
Un yerno, Ernesto Estévez, pinchó las gomas de los autos de algunos de los visitantes extranjeros de su hermano y en 1992 se unió a una violenta incursión de la policía en la que las autoridades se llevaron virtualmente todos los archivos de su hermano y rompieron los muebles de su oficina, agregó.
Estévez declaró a El Nuevo Herald que las familias Caamaño y Sánchez Santa Cruz tenían “diferencia de criterios políticos” pero negó que ayudara en la incursión de 1992 o pinchara las ruedas, o que los agentes de la Seguridad del Estado tuvieran una base y una cámara en la casa de los Caamaño.
El sólo vivió con los Caamaños porque estaba casado con una hija de ellos, explicó Estévez, y no compartía su fuerte apoyo al gobierno. “Yo era apático. Soy alérgico a la política. ¿Por qué piensan que dejé el país?” declaró.
Oscar Alvarez, otro vecino de Sánchez Santa Cruz que ahora vive en Miami, confirmó que en realidad había una cámara de video en la casa de Caamaño y que creía que Estévez era un oficial de la Seguridad del Estado. Estévez negó haber pertenecido a los cuerpos de seguridad del régimen.
Varona, actualmente un consultor de seguridad, confesó que aún está más que enojado con Eloy Mederos, el agente de la Seguridad del Estado, amigo de la niñez en Camagüey y testigo de la acusación en el juicio en que se le condenó por conspirar para derrocar al gobierno. El cargo era cierto, agregó.
Mederos, actualmente de unos 80 años, llegó a Miami hace dos años, señaló Varona. Los esfuerzos de El Nuevo Herald para contactar a Mederos en la dirección y número telefónico suministrado por Varona, y también localizarlo por otras vías, no tuvieron éxito.
Varona declaró que había denunciado a Mederos ante el FBI, agentes de inmigración y la oficina del senador federal Marco Rubio, y en un momento pensó en organizar un acto de protesta frente a la casa de Mederos.
“Lo menos que haría es darle una bofetada”, subrayó Varona a El Nuevo Herald en una entrevista.
En su lugar, envió por correo a Mederos una nota de una página, escrita en letras grandes y negras:
“6 años de prisión. 6 años de hambre. 6 años de frío. 6 años de sufrimiento. Te falta la justicia divina”.
¿Que les parece?

Los exiliados que viven en
los Estados Unidos
¿A quién le deben lealtad?
¡Esa es la pregunta!
A mí me parece que tanta basofia que hablan los socialistas de aire acondicionado aquí en Puerto Rico y en toda América Latina sobre Estados Unidos, que si imperialismo yanqui, que si la CIA, que si el azufre, que si el coloniaje yanqui, en fin toda clase de barbarismos para justificar su ideología marxista, leninista y comunista disfrazada de Socialismo del Siglo XXI Bolivariano ¿y después quieren vivir en las entrañas del mounstro como dijo Martí y de la CIA?... unjú, esto tiene cocorícamo como dice una sexóloga muy famosa.

Lo único que se me ocurre pensar es que han aprendido muy bien las tácticas de guerra de los musulmanes — obviamente, son aliados — y éstas son: mudarse, multiplicarse y entrar en las estructuras de poder para invadir sin violencia y cuando logren la hegemonía, convertir el territorio al Islam. ¿Estará siendo víctima Obama Nation de esta invasión silenciosa?

¿Cómo es posible que a los Estados Unidos entren enemigos declarados cubanos sin que los americanos se enteren y no pasen un “clearance” en el Departamento de Estado y de la CIA? Aquí hay alguien que no está haciendo bien su trabajo y tanto pedido de que se flexibilicen las relaciones con Cuba sin que la dictadura castrista se relaje ni una pulgada me parece absurdo y peligroso. ¿A quién beneficia? ¿A Cuba, a los exiliados o al yanqui y la CIA?

Tanto que se criticó al “Homeland Security” hasta diabolizarlo por supuestamente defender los derechos civiles y la libertad ¿A qué precio? Al precio de perder el país. Me parece que mucha gente no se da cuenta de muchas cosas empezando por el presidente ¿o será que también él está consciente de todo esto?

La fascinación de los enemigos de Estados Unidos por Barack Obama es sorprendente, Florida un estado republicano, ya no lo es ¿por qué será? ¿Por qué Obama es tan bueno para los enemigos? Yo no sé, pero para mí esto es altamente sospechoso, como también me parece sospechoso que la familia de Raúl Castro ahora sean viajeras frecuentes al imperio yanqui y cuna de la CIA ¿para qué?

Benghazi-Gate
El comunismo disfrazado de socialismo del siglo XXI bolivariano en América y en el resto del mundo como el Islam, es una plaga que una vez invade las estructuras de poder cualquier democracia se cae, esta es una preocupación legítima de los republicanos. Está de más tanta complacencia con un gobierno demócrata que ha demostrado negligencia e irresponsabilidad hasta con sus propios embajadores, el ataque a la embajada de Benghazi el 11 de septiembre no es casualidad, que hayan muerto cuatro estadounidenses es un crímen con visos de negligencia crasa de parte del gobierno federal que debió haber protegido a esos ciudadanos, que no traten de empastelar el asunto.

¿Dónde estaba la CIA en este momento tan difícil para unos embajadores que trabajan en la paz y reconciliación con un sector que es terrorista? ¡Esa es la pregunta!

Vamos a ver que pasa en estos cuatro años con Barack Obama, vamos a ver como defiende a su nación de los enemigos externos y de los internos infiltrados sin identificar positivamente. Luego de la muerte de Osama bin Laden, en mi opinión, cualquier cosa puede suceder, ayer fue el ataque en Benghazi, mañana quien sabe.

¿Y la CIA donde está? ¿Están escondidos o es que el trabajo de inteligencia es de Montaner y Valladares?

¿Y los enemigos de los exiliados latinoamericanos de Miami? muy bien gracias, ellos tienen derecho a vivir y defender sus causas. Todo esto sin tomar en cuenta al dictador venezolano que también tiene su cuento en todo este asunto 
de la “inteligentzia” y está muy calladito.
Such is Life!