martes, 22 de octubre de 2013

Don Luis y mi madre


Para quien ama escribir, es difícil no hacerlo... 
y quien mejor que yo 
para rendirle tributo a mi Madre
Marilou Rivera Ramos


Cuando me pongo a pensar en todo este panorama, me doy cuenta de que he sido un ser muy afortunado y con infinidad de bendiciones de Dios, empezando por unos padres magníficos y ahora con una familia de la que me siento inmensamente orgulloso.
Luis A. Ferré
Ingeniero, empresario, filántropo, músico, político, tercer gobernador de puerto rico (durante 1969-1973) electo democráticamente, Estadista, Patrón de las Bellas Artes y defensor de la cultura puertorriqueña

Murió un 21 de octubre igual que mi madre.
Nació un 17 de febrero igual que mi hija.
Cuando se postuló para gobernador 
mi madre votó por él.

Perder una madre es muy difícil, mucho más para quienes los cuidan en sus últimos años, por eso tuve el tiempo para escribir en este blog. Mientras ella descansaba yo escribía y publicaba mis opiniones para “sacarme del pecho” lo que de otra manera no podía decirle al mundo, debido a mi cotidianidad cuidando de ella, de su desayuno, su almuerzo, su cena, sus medicinas, su insulina, su ropa, su compañía, su pérdida de la memoria debido a su vejez y sus crisis en el hospital.

Fue muy difícil para mí verla decaer, apagarse lentamente, perder su pierna debido a una amputación que la convirtió en paciente encamada y que fue el acelerante de su muerte. Como a Don Luis, la pulmonía acabó por vencerla.

De ella aprendí lo que es familia, apoyo, fue mi soporte en los peores momentos de mi vida, siempre estuvo pendiente de mi bienestar, me ayudó económicamente cuando me quedé sin trabajo y cuidar de ella fue para mí la oportunidad de reciprocarle todo lo que me ayudó e hizo por mí. A pesar de que sabía que no podía dejarla, seguí haciendo planes para el futuro y preparándome para cuando ella no estuviera o no pudiera más cuidarla debido a su complicado estado de salud que se agravaba cada día más.

Con sus nietos queridos

Nunca quise hablar de esto en las redes sociales, era algo muy personal como para publicarlo, le debía esa privacidad, ese respeto del paciente, de una madre que sufre de diabetes, alta presión y su edad avanzada ya demostraba que su cuerpo estaba cansado de tantos medicamentos, sus riñones ya estaban muy compometidos. Y yo sufría mucho verla decaer y sabía que su fin se acercaba, ese momento al que nadie quiere vivir, pero es inevitable.

Fue maestra por 17 años hasta que se pensionó por una lesión en los discos de la espalda y así con sus dolencias, levantó a mis dos sobrinos que quedaron huérfanos y uno de ellos autista, junto a mi padre se encargaron de criar a sus nietos con el amor de abuelos. De una tragedía lograron un gran acto de amor.

Fueron muchos años de altas y bajas, de enfermedades, fracasos, éxitos, cumpleaños, reuniones familiares, hasta que un Domingo de Resurección hace 8 años, mi padre cayó con un derrame cerebral mientra disfrutábamos de una sobremesa converzando, momentos muy duros para ella y nosotros, de ver a mi padre sufrir por cartas de cobro de Hacienda con amenazas de embargarle la casa si no pagaba, tiempos en que Aníbal Acevedo Vilá fue gobernador, su ansiedad y desesperación de pensar que su nieto perdería el techo lo venció, mucho más siendo popular y donante del PPD. Murió a las tres semanas. Ahí comenzó su lucha diaria sin su Adriano, pero con el positivismo de siempre que la levantaba todos los días para seguir luchando por su nieto autista, hoy los hermanos se reúnen y comienzan a vivir una vida compartida en una nueva familia.

En uno de sus últimos cumpleaños, cantándole cumpleaños felíz
con sus hijas y su nieto adorado. Tuve el honor de prepararle 
el bizcocho de zanahoria que tanto le gustaba

De mi madre aprendí el respeto por Jesucristo, ella era católica practicante, recibía la comunión todas las semanas en su cuarto, veía su misa diaria sin falta, aceptó a Dios como su único Salvador semanas antes de morir en el hospital, recibió la unción de los enfermos. Crecí aprendiendo de ella que sin Dios nada y con Dios todo.

Cuando llegó el momento de las elecciones me preguntó ¿Cómo tú quieres que yo vote? Ella sabía de mi compromiso con mi ideal estadista, le contesté “Quiero que votes por lo que tu quieras”, porque ella fue popular de los de Muñoz toda la vida, pero cuando el PPD se dividió en las elecciones del 1968 entre Sánchez Vilella (PPD) y Negrón López (Partido del Pueblo), yo apenas tenía 7 años y recuerdo cuando me llevaban a los mítines, caravanas, mi madre votó por Don Luis, mi Papá por el Partido del Pueblo, sus razones tuvieron, nunca les pregunté. 

Después de esto recuerdo las visitas al comité del PPD en Bayamón, me llevaron a las concentraciones de campaña para Rafael Hernández Colón. Mi primer voto fue para Hernández Colón y Ramón Luis Rivera, Padre para alcalde de Bayamón. Mi próximo voto fue para Pedro Rosselló y desde ese momento ella y yo votamos de maneras diferentes.

Así la quiero recordar
Le expliqué de que se trataba la elección y el plebiscito, me dijo, “Fortuño ha sido un buen gobernador y es un buen hombre, voy a votar por él”. Sobre el plebiscito me dijo, “Votaré por la estadidad, Puerto Rico no puede separarse de los Estados Unidos”. La llevé ese día en su andador y me dijo entra conmigo y dime dónde tengo que poner la cruz. Así era ella, muy responsable con el país y tenía un gran entendimiento de que es lo mejor para el futuro de la isla, su ancianidad le robaba la capacidad de hacer cosas, me convertí en su guía y ella puso su confianza en mí.

Tuve el tiempo de decirle lo mucho que la quería, le pedí perdón por mis errores, por mi mal carácter, por el miedo a no hacer bien lo que me correspondía porque no era enfermera. Pasé por muchos momentos de frustración y coraje al ver que mis esfuerzos no la hacían mejorar, era miedo, quería más que nada que ella estuviera bien el resto de vida que le quedaba, más que nada, tuviera calidad de vida y el apoyo de su familia. Le dediqué mi tiempo, mi trasnochadas, mis preocupaciones, mis miedos. La cuidé como se cuida a un hijo, porque los hijos se convierten en padres cuando éstos envejecen.

Hoy se que está bien, está con mi Papá, con su hija, con sus hermanas, su padres, la familia que tanto amó, formó y mantuvo unida a pesar de todos los problemas que se puedan afrontar, contra viento y marea.

Hoy de madrugada soñé con ella, se apareció caminando, erguida, rejuvenecida, mirando a su alrededor, tranquila... le pregunté ¿estás bien? Me dijo “Me siento mucho mejor”, tomó un sorbo de mi refresco, lo saboreó, se secó la boca y se desvaneció diciéndome adiós con su mano. Ya descansa en paz.

Me encanta escribir, es mi manera de compartir mis vivencias, no soy muy expresiva, sólo con mis más allegados, más bien tímida y en este blog de temas políticos hoy comparto mi vida privada que con tanto celo guardo, pero que hay momentos en los que es necesario contar, para que se sepa quien soy. Se que hay muchos que me rechazan por mis opiniones, también aprendí de mi madre que tenemos derecho a pensar diferente, a expresarlo y que eso se respeta, ella siempre respetó mis decisiones, mis opiniones y me apoyó.

Hoy comienza una nueva vida para mí, 
hoy comienza un nuevo rumbo, 
con fe en Jesucristo de que todo va a estar bien... 
y ella descansa igual que Don Luis.
Such is Life!