domingo, 2 de septiembre de 2012

La Convención Demócrata y la atracción fatal de Ana Lydia Vega



Los demócratas de la Isla -tanto los vinculados al Partido Popular Democrático (PPD) como al Partido Nuevo Progresista (PNP)- han tratado de tener algún representante entre los oradores de la convención, pero lo que han logrado, como suele suceder muchas veces con las gestiones que realizan en Washington, es cancelarse unos a otros, según fuentes políticas.

Entre los 67 delegados de Puerto Rico estarán el comisionado residente en Washington, Pedro Pierluisi; el candidato del Partido Popular Democrático (PPD) a gobernador, el senador Alejandro García Padilla; el exgobernador Aníbal Acevedo Vilá; el senador PPD Eduardo Bhatia; el senador PNP Carmelo Ríos; y el candidato PPD a comisionado residente, 
Rafael Cox Alomar.
José A. Delgado
El Nuevo Día - 2 de septiembre de 2012

Los demócratas boricuas se presentarán mañana a la Convención Demócrata y yo me pregunto ¿para qué? Sacando a Pierluisi, Carmelo Ríos y McClintock ¿qué van a hacer los demás? El problema de los que critican a los republicanos como Ana Lydia Vega es que cuando se observa las acciones de los demócratas de Obama, nos damos cuenta que no tienen la suficiente vergüenza para aceptar que si hay un partido que desprecia a los puertorriqueños es el Partido Demócrata.

Esta joya literaria que ha escrito Ana Lydia Vega es digna del más tiránico miembro del Ku-Klux-Klan demócrata de un estado sureño como Carolina del Norte en la época de la guerra del norte y sur. ¿No me creen?

Juzgue usted...

2 de septiembre de 2012 
El Nuevo Día
Atracción fatal
ANA LYDIA VEGA
Desafía las neuronas ese entusiasmo febril que despierta el republicanismo USA en la cúpula del Partido Nuevo Progresista. Si desconcertante resultaba ya el afán participativo de algunos puertorriqueños en los ritos electorales de quienes les niegan el voto, esta nueva pasión penepeísta constituye uno de los grandes misterios de la ciencia.
Para tratar de entender el extraño fenómeno, repasemos algunas de las propuestas del Partido Republicano. Los dos pilares centrales de su filosofía política son la limitación del papel del gobierno en la creación de empleos y la protección fiscal a los grandes intereses para que generen más capital. Traducido a criollo, eso significa menos ayudas para los pobres y menos impuestos para los ricos.
Ante el desastroso panorama de Puerto Rico -donde un sector considerable de la ciudadanía depende de los fondos federales- la receta financiera republicana es una cordial invitación al suicidio. ¿Cómo puede un gobierno responsable desentenderse de la lucha contra la miseria? ¿Cómo reconciliar los recortes masivos a programas de asistencia con las necesidades de una población desamparada?
Si la agenda económica del partido de Reagan y Bush suena catastrófica, su plataforma social resulta escalofriante. Cualquier parecido con un catálogo de crímenes de guerra es pura coincidencia: proyectos desarrollistas brutalmente anti-ecológicos, medidas represivas contra las mujeres, los homosexuales y los inmigrantes, desmantelamiento del sistema de salud pública, Medicare y Medicaid incluidos, rechazo al control del trasiego de armas...
Añádasele a esa tétrica lista la glorificación del militarismo rampante y la ferviente adhesión a la doctrina del “excepcionalismo americano” para justificar ataques e invasiones a través del planeta.
No es difícil imaginar el futuro que les depararía al pueblo estadounidense y a la humanidad entera la elección de la dupleta Romney-Ryan el próximo seis de noviembre.
Coronan el bizcocho envenenado la imposición del inglés como lengua oficial y los recién estrenados requisitos para la votación por algunos estados republicanos. En una nación tan demográficamente diversa, el proyecto unilingüe establecería barreras más infranqueables que el muro construido a todo lo largo de la frontera mexicano-americana. Y el requerimiento, de una identificación con foto reforzada por documentos a la hora de votar sugiere un velado intento de bloquearles el acceso a las urnas a las minorías marginadas.
No en balde las susodichas minorías casi brillan por su ausencia en las filas del Grand Old Party. Una encuesta Gallup realizada en 2011 demostró que el 87% de sus afiliados se definen como blancos. Con el fortalecimiento de la mentalidad exclusivista que caracteriza a la facción ultraderechista del Tea Party, esa cifra debe haberse disparado.
Así las cosas, habría que preguntarse la razón de la preferencia novoprogresista por una colectividad que representa la peor cara de la sociedad estadounidense. Es como si, para el colonizado con pretensiones de igualamiento, el “ugly American” fuera el único modelo de americanización posible. ¿Compensación por complejos inconfesos? El asunto no carece de ironía. Con la fobia galopante que les tienen los estadistas a las repúblicas, es curioso, por no decir gracioso, que se ufanen de llamarse “republicanos”.
Desde los tiempos del gobernador Ferré, el PNP había sido un partido populista. Favorecido por las disposiciones del estado benefactor americano, que pretendía aplacar con prebendas la rabia de los desposeídos, logró captar las simpatías de las clases olvidadas. Pero todo eso quedó atrás. Hace un cuatrienio, el profeta Pedro Rosselló predijo el caos social que el enfoque GOP provocaría en Puerto Rico. En eso no se equivocaba.
La antipática ideología del “such is life” practicada por los jerarcas de turno tiene mucho en común con el neo-racismo que ha florecido en Estados Unidos tras el triunfo de Barack Obama. Un “apartheid” tan tácito como rígido dicta las relaciones entre privilegiados y excluidos. Quizás esas afinidades elitistas entre republicanos de allá y republicanoides de acá arrojen alguna luz sobre el credo reaccionario adoptado por nuestros gobernantes.
Tampoco se puede descartar el oportunismo de un grupo de gansos que buscan posicionarse dentro de una colectividad necesitada de dóciles “tokens” latinos para ampliar su menguante electorado.
Aviso al anexionismo crítico: cuidado con poner todos los huevos en esa frágil canasta. El PNP podría estar cavando su propia fosa. A fin de cuentas, son los jeques del Partido Republicano los que más han torpedeado los esfuerzos puertorriqueños para solucionar el dilema del estatus.
Seguramente por eso fue que Fortuño no dijo ni ji sobre la estadidad durante sus cinco minutos de gloria en la Convención Republicana. Con un abucheo basta.
What? 
Me parece que Doña Ana Lydia Vega no tiene ni perra idea de lo que pasa en la política norteamericana y si la tiene la ve con unos espejuelitos con cristales de un color rojo-rojito que sólo ven el “Obamanation” que tiene a sus seguidores en la idolatría al líder como en la peor tiranía norcoreana.

Por más que trate de desmerecer la participación de los estadistas en la Convención Republicana en Tampa, no puede negar que la presentación de Luis Gutierrez como orador es una muestra indiscutible de que los demócratas están muy inclinados hacia una izquierda que es muy peligrosa para los Estados Unidos.

Lo más importante aquí y es de lo que trata el sueño americano es que los Estados Unidos no es una nación de Welfare y las ayudas federales son para las personas que no pueden ser productivas en el campo del trabajo. El lenguaje y el issue principal en estas elecciones es EMPLEOS, EMPLEOS, EMPLEOS. Si los pobres quieren salir de la miseria deben ESTUDIAR, CONVERTIRSE EN PROFESIONALES Y TRABAJAR.

¿Es esto lo que queremos los estadistas para Puerto Rico? CLARO QUE SI


Doña Ana Lydia Vega me parece que perdió el tiempo con su columna y una vez más demuestra una ignorancia que raya en el analfabetismo de lo que significa el ideal estadista. Le aconsejo que mejor se dedique a escribir novelas de ciencia ficción que debe ser su expertise según demuestra.
“Recientemente, Ana Lydia Vega brindó su apoyo y se unió a la amplia lista de prominentes figuras de la América Latina que han manifestado su apoyo a la independencia de Puerto Rico a través de su adhesión a la Proclama de Panamá aprobada por unanimidad en el Congreso Latinoamericano y Caribeño por la Independencia de Puerto Rico celebrado en Panamá en noviembre de 2006.” WIKIPEDIA
¿Ficción? 

Los republicanoides como le llamas a los que participaron en la Convención Republicana demostraron que a Puerto Rico se respeta en ese partido, “nos trataron con mucho cariño”, admitido por la propia Zoraida Fonalledas.

Por el contrario en el Partido Demócrata están demostrando todo lo contrario, los boricuas no son importantes ni tan siquiera para un discurso durante su convención, si piensan que cumplieron con Luis Gutiérrez, me parece que se equivocaron, y lo peor de todo, la delegación está dividida entre estadistas, colonialistas y soberanistas, mala señal para lograr algún consenso, mucho menos para buscar lo mejor para los que viven en esta isla.

¿A quien le conviene esto?
PUERTO RICO NO ES SOCIALISTA
Such is Life!