miércoles, 28 de mayo de 2014

¡Marx vive en Puerto Rico!

Marx  escribió, El manifiesto comunista, en 1848, junto a Engels, en el contexto de las revoluciones europeas. En este pequeño libro que es un manifiesto político y no un escrito económico, establece las bases que explican la revolución del proletariado.
La consecuencia lógica de estas leyes para Marx era la revolución del proletariado. 
En algún momento, la gran masa se iba a levantar, generando una revolución de la cual surgiría una nueva Sociedad: la Sociedad comunista, donde no existirían relaciones de explotación en lo económico, ni relaciones de dominación en lo político e ideológico.

Y Claridad publica...

Parte del ABC de lo que nos enseña Marx, cuando uno lo lee, es que el capital es una relación social particular donde una gran masa de personas se ve forzada a vender su fuerza de trabajo en el mercado laboral si es que no quiere perecer. A cambio, esta masa recibe un salario que es menor que el valor de lo que ella misma produce. Las ganancias que se embolsillan los capitalistas provienen de la diferencia entre el valor de lo que se produce y el valor que se le paga a los que producen. Este arreglo económico implica unas relaciones de poder que sólo pueden ser analizadas cuando vemos al capital como esa relación social históricamente específica y no como una cosa que se dice que produce por sí misma. Son estas relaciones de poder la que muchos de los economistas no incluyen en sus modelos (a lo más cercano que llegan es a hablar sobre los monopolios y oligopolios como estructuras de mercado) y por ende quedan ciegos al tratar de explicar fenómenos empíricos. Peor aún, no comprenden cómo el criterio de rentabilidad está conectado a esas relaciones de poder cuando, por ejemplo, el capital decide o no prestar dinero, o no producir sabiendo que potencialmente puede estar alzando su rendimiento vía esa “escasez artificial” (Arrow).
La ceguera económica sí está bien distribuida
Por Ian J. Seda Irizarry
El autor es Catedrático Auxiliar del Departamento de Economía del John Jay College of Criminal Justice (CUNY).
Publicado: martes, 27 de mayo de 2014
http://www.claridadpuertorico.com/content.html?news=6DA502BB06C5E235C65262F70AECACC8
Me imagino que este libro será un bestseller en las librerías riopedrenses. 


¿No es esto lo que sucede en Puerto Rico?
Sí, pero para los marxistas, las razones de la crisis son otras, el neoliberalismo y el capitalismo salvaje... ¡Viva Marx!


Yo no soy economista, trato de entender el por qué hemos llegado a este punto de quiebre, pero, desde mi punto de vista muy simplista, si no hay empleos, estamos mal.

En Puerto Rico los que están trabajando, que son los empleados del gobierno, unionados en gremios marxistas cuya filosofía es que los están explotando y que ellos tienen convenios colectivos que hay que honrar no importa lo ridículas que sean las negociaciones porque jamás se alcanzarían en la empresa privada, ahora, amenazan con una huelga general.

¿Le hace daño esto a la economía puertorriqueña?

¿Productivo?
Obviamente sí, pero a ellos no le importa, si aquí en Puerto Rico lo único que importa es hundir al país y el que venga atrás que arregle. 

Parece que todos se han puesto de acuerdo para hacer todo lo posible para que este barco se hunda y el gobe AGaPito cada día se hunde más también con su nebuloso viaje de compra de combustible venezolano, el rol de Cantero Frau en la AEE y su amistad con William Clark.

A mí me resulta muy extraño que diga el representante del pueblo en la AEE, que tenemos 10 días de abastecimiento de combustible, que no hay dinero para comprarlo y que comenzarán los apagones. ¿Crisis energética? ¿A quién le conviene? Obviamente al gobierno popular para desvíar la atención sobre una posible investigación donde él y miembros de su partido están envueltos.  


Un pueblo en necesidad no fiscaliza al gobierno. Parece que están siguiendo al pie de la letra las enseñanzas de Noam Chomsky, Goebles, Marx, Lenin, Fidel y Chávez.

Portada El Vocero
¿Tendrá el Departamento de Justicia, su Secretario César Miranda y la prensa colonial los overoles para investigar hasta las últimas consecuencias a la AEE?
La respuesta es ¡NO! y el pueblo lo sabe.


¿Alineando las circunstancias para la liberación del proletariado hacia una independencia?
Muchos niegan esto, lo consideran una teoría de conspiración absurda. Los hechos están ahí, el problema es que el pueblo puertorriqueño no quiere eso, pero... 
¿A quién le importa?

¿Seremos la próxima Cuba?

No hay duda que las cosas se tienen que poner peor... pero no perdamos de perspectiva que Alejandro García Padilla ganó gracias a las alianzas con esos sindicatos, la UTIER, el Colegio de Abogados, el MUS, los intelectuales del PEN Club, la oligarquía colonial, la UPR, la prensa colonial y un pueblo popular que pensó que había que cambiar a Fortuño por la Ley 7. 
¡Habla pueblo habla! Gritó Bhatia y la gente lo aclamó.
¿De qué se quejan ahora?


Y aquí estamos... ¡Marx Vive!
¿En serio?


Pierluisi nos da unos “hints” de que hay que hacer para sacar a Puerto Rico del abismo económico y social.
Juzgue usted...

Tenemos que enfocarnos en lograr que Puerto Rico vuelva a crecer y progresar. 

Las soluciones incluyen,

uno, resolver permanentemente nuestro problema de estatus por medio de la estadidad para asegurar la estabilidad económica y política, así como el desarrollo económico sostenido de Puerto Rico;

dos, reformar nuestro sistema de energía eléctrica para bajar el costo de la luz mediante la diversificación de nuestras fuentes energéticas y la promoción de inversión privada en el sector;

tres, convertir el Gobierno en un facilitador y promotor del desarrollo económico eliminando la burocracia excesiva, cortando los gastos innecesarios, agilizando el sistema de permisos y facilitando el acceso a los servicios gubernamentales por medio de la tecnología;

cuatro, promocionar Puerto Rico en el exterior arreciando los esfuerzos para atraer nueva inversión con iniciativas como Entreprise Florida y las alianzas público-privadas;

cinco, aprovechar grandes recursos disponibles como Roosevelt Roads y el Puerto de las Américas;

seis, convertir Puerto Rico en un destino ideal para el turismo tradicional, médico, ecológico, cultural y deportivo, así como para residencias vacacionales y el retiro;

siete, reformar nuestro sistema contributivo para hacerlo más sencillo, justo y fácil de administrar;

ocho, mejorar nuestro sistema de Educación cumpliendo con la ley orgánica del Departamento de Educación, ampliando los programas de horario extendido en nuestras escuelas y promoviendo una educación a la altura del siglo 21 a todos los niveles;

nueve, atender las necesidades de la población de “edad dorada” proveyéndole mayores servicios, programas de voluntariado y trabajo a tiempo parcial, y vivienda en los cascos urbanos,

diez, garantizar la seguridad pública encaminando la reforma de la Policía, ampliando las iniciativas con las agencias federales, combatiendo a los narcotraficantes con toda la fuerza de la ley y tratando a los usuarios y adictos con un enfoque salubrista.



Estas son las soluciones que van a traer el progreso a Puerto Rico y ya tenemos que implantarlas porque nuestro pueblo no aguanta más. Con un crecimiento económico sostenido, nuestra gente y nuestros comercios progresarán, aumentarán los recaudos del Gobierno, lograremos una mejor calidad de vida y detendremos la fuga de talento que tanto nos afecta.

La prioridad tiene que ser 
nuestro desarrollo económico.
Pedro Pierluisi
Comisionado Residente
28 de mayo de 2014
Prioridad: desarrollo económico


Para lograr esto hay que hacer muchos cambios, despedir gente, tomar desiciones que no le va a gustar a mucha gente y sin la ayuda de la prensa izquierdosa que le hace el juego a los antiestadistas.

¿Cuál es la prioridad en Puerto Rico?
 Porque China y Singapur lo lograron sacrificando la democracia. 
¿Serán los puertorriqueños capaces de lograrlo sin sacrificar las libertades y buscando el modelo económico capitalista que le ha dado resultados a estados republicanos como Texas?

Esto requiere compromiso, unidad 
y cambiar mentalidades.
¿Están dispuestos los estadistas 
a romper con el pasado y mirar hacia el futuro erradicando lo que está mal?
¡Esa es la pregunta!
Such is Life!