Recibí por e-mail este artículo de Carlos Alberto Montaner y como admiro grandemente a este escritor me parece que merece darle difusión a esta defensa que hace de su reputación como exiliado cubano y que las fuerzas comunistas desde la sombra tratan de desprestigiarlo con toda la mala intención de hacer daño. Dicho esto espero puedan leerlo hasta el final porque es necesario conocer esta historia para que vean que los neocomunistas de hoy actúan de la misma manera con otras personas claves en la lucha por la estadidad para Puerto Rico, claro, la escuela cubana ha sido su mejor referencia.
Carlos Alberto Montaner
From: Carlos Alberto Montaner
ANATOMIA DE UN INTENTO DE ASESINATO DE MI REPUTACION
Publicado en italiano el 20 de agosto de 2012 en
TellusFolio, Italia http://www.tellusfolio.it/index.php?prec=%2Findex.php&cmd=v&id=14911
Ignoro si Anna Cherubini existe, o si es el nombre real o el
pseudónimo de una comunista italiana que escribe al dictado de los servicios
cubanos de inteligencia. Da igual. Lo importante no es la persona, sino lo que
ha escrito. Es una muestra perfecta para explicar cómo funcionan las llamadas
“medidas activas” contra los demócratas de la oposición desarrolladas por el
Departamento Ideológico del Comité Central del Partido Comunista de Cuba
dirigido por el coronel Rolando Alfonso Borges, versión caribeña de Joseph
Goebbels.
El 17 de agosto pasado, en las páginas de TellusFolio, un
exitoso site italiano, con motivo de la presentación en Italia de la traducción
de mi libro La mujer del coronel, publicado por Edizioni Anordest, una persona
que firma como Anna Cherubini me pide que responda un cuestionario (Le domande da fare a Montaner).
En realidad no se trataba de una legítima entrevista, sino
de lo que los abogados llaman, en español, un intento de “asesinato de la
reputación” y en inglés “character assassination”. No obstante, voy a responder
extensamente el cuestionario y, al mismo tiempo, me gustaría que la señora
Cherubini, o quienquiera que se esconda tras ese nombre, responda, a su vez,
las preguntas que deseo hacerle.
En todo caso, para entender en qué consiste esta medida
activa desarrollada por los servicios de inteligencia, muy utilizada por la
Unión Soviética y sus satélites cuando existía el comunismo en Europa (no hay
que olvidar que el gobierno de los Castro, y en especial el Ministerio del
Interior, fueron modelados por el KGB y la Stasi en la década de los sesenta),
a continuación sigue una definición escrita por el Dr. Juan Antonio Blanco,
profesor e historiador quien era, hasta hace una década, analista del Comité
Central del Partido Comunista de Cuba, y hoy vive exiliado y al frente de un
departamento de estudios latinoamericanos en el sur de la Florida. Dice JAB en
la segunda edición del libro El otro paredón:
ASESINATO DE LA REPUTACION
“El asesinato de reputación (character assassination) es un
proceso deliberado y sostenido dirigido a destruir la credibilidad y reputación
de una persona, institución, grupo social o nación.
Los promotores del asesinato de reputaciones para lograr sus
fines emplean una combinación de métodos abiertos y encubiertos como son la
formulación de acusaciones falsas, fomento de rumores y la manipulación de
informaciones.
El asesinato de reputación persigue la finalidad de anular
la capacidad de influencia de la víctima, silenciar su voz y lograr su rechazo
por la sociedad. Al transformar a sus víctimas en no-personas las hacen
vulnerables a abusos aun mas graves como pueden ser la agresión física, el
encarcelamiento, la expropiación de bienes, el destierro, asesinato e incluso
genocidio de todo el grupo social al que pertenecen.
La propaganda nazi anti semita y el Holocausto que le siguió
son el ejemplo más extremo de los peligros asociados con las campañas estatales
de asesinato de la reputación. Cuando un gobierno se vale de ese recurso para
justificar agresiones y abusos contra sus víctimas puede considerarse a esas
campañas como una forma de terrorismo estatal. Por lo general, las masacres,
crímenes de lesa humanidad y genocidios son precedidos por una campaña de este
corte.
En el siglo XXI, con el arribo de las Web2.0 y las redes
sociales virtuales, la diseminación de falsedades se realiza de modo mucho más
rápido y efectivo. Los prejuicios sociales sembrados contra la víctima terminan
por arraigarse gradualmente en la memoria social colectiva y las personas –en
especial las nuevas generaciones– los aceptan como la historia verdadera o la
biografía real.
Con el paso del tiempo, las percepciones falsas que fueron
deliberadamente fabricadas y difundidas por diversos medios de comunicación,
pueden ser incluso incorporadas a los sistemas de educación, y se convierten en
parte de la historia oficial que se acepta socialmente y resultan entonces
difíciles de revertir”.
Dice la señora Cherubini en Le domande da fare a Montaner
(todas sus palabras irán en negritas):
Ya han pasado unos días desde que Gordiano Lupi moderó, el
pasado viernes, en el marco incomparable de las islas Tremiti, la presentación
de un libro de Carlos Alberto Montaner Suris. No pude asistir a este
interesante evento, así que encomiendo a continuación a TellusFolio las
preguntas que quería hacerle al señor Montaner.
1) ¿Cree usted que es éticamente aceptable que alguien
que dice ser periodista reciba pagos regulares del gobierno de EE.UU. a través
de la Oficina de Transmisiones a Cuba, para producir noticias negativas contra
Cuba, como se descubrió en 2006?
Este escándalo llevó a la destitución de tres periodistas
del diario The Miami Herald (Pablo Alfonso, Olga Connor, Wilfredo Cancio Isla)
y se han puesto al descubierto las conexiones entre la administración de EE.UU.
y los periodistas en el sur de Florida, incluyendo a Montaner, destinatario de miles dólares.
El Nuevo Herald y The Miami Herald jamás me han pagado por
publicar noticias negativas sobre Cuba. Son dos publicaciones serias y
objetivas. Yo no hago esa clase de periodismo sectario, semejante al de Granma,
que es el órgano de un partido político. Los dos diarios, en inglés y español,
como muchos periódicos del mundo, compran y me pagan mi columna semanal.
Radio Martí es, como sucedía con Radio Free Europe, una
emisora financiada por la sociedad norteamericana para burlar la censura
totalitaria de los Castro. Es una reliquia de la Guerra fría, sencillamente
porque el gobierno de los Castro es una reliquia de la Guerra fría. Esa
entidad, como todos los medios en donde aparecen mis escritos, había contratado
mi columna para que la leyera semanalmente. La columna podía ser sobre Cuba, la
Unión Europea o sobre cualquier cosa, porque escribo a propósito de múltiples
temas, y por esos artículos pagaban el mínimo que autorizan las normas (cien
dólares). La razón por la que ellos me ofrecieron ese espacio para reproducir
mis columnas, y por la que yo acepté pese a la ridícula remuneración que
pagaban, era porque Cuba, mi país, es el único de América Latina en el que no
aparecen mis columnas debido a la censura estalinista que allí impera. Era la
única forma de compartir mis puntos de vista con mis compatriotas.
Tampoco es verdad que los periodistas de The Miami Herald
que colaboraban con Radio Martí –como los que en Europa trabajan en otros
medios y esporádicamente colaboran con la BBC o con Radio Exterior de España,
ambos medios pagados con fondos públicos— resultaran expulsados del periódico.
Quienes salieron del diario fueron el presidente de The Miami Herald, Jesús
Díaz, como consecuencia del absurdo reportaje publicado, y el periodista autor
de la información, Oscar Corral, este último por un penoso delito de carácter
sexual en el que incurrió poco después.
Olga Connor cotinúa escribiendo en el periódico
semanalmente. Pablo Alfonso y Wilfredo Cancio fueron readmitidos cuando se
comprobó la injusticia que habían cometido con ellos, y luego decidieron
marcharse. A mí, muy cordialmente, me llamó Humberto Castelló, el director de
El Nuevo Herald, para ofrecerme excusas y jamás dejaron de publicar mis
columnas.
Radio Martí, por cierto, está obligado por la ley a mantener
los mismos altos estándares informativos de La Voz de América, entidad que
controla sus emisiones. En esos micrófonos no se puede mentir ni difamar, como
hacen Granma y los otros voceros del régimen. Por eso, una parte sustancial del
pueblo cubano escucha Radio Martí con la misma avidez que en época del Telón de
Acero los pueblos sojuzgados por el comunismo escuchaban Radio Free Europe.
2) ¿Cómo se justifican los contactos con el terrorista
Juan Felipe de la Cruz, en julio de 1973 en Madrid?
Juan Felipe de la Cruz, autor del atentado realizado en
Montreal en 1972 contra el diplomático cubano Sergio Pérez Castillo, murió en
el Avrain hotel, cerca de París, víctima de la bomba que se prepara para
golpear la Embajada de Cuba, pocos días después de la reunión en España con
Montaner, quien le dio un coche de alquiler, según lo confirmado por Orlando
Bosch en su libro Los años que he vivido.
Yo no tengo absolutamente nada que ver con esos hechos. El
Dr. Orlando Bosch, en su libro dice lo siguiente: "Acción Cubana recibió
de su gente en Cuba informes confidenciales sobre la visita de un alto
funcionario castrista a Francia. Se planeó un atentado. La misión fue
encomendada a Juan Felipe de la Cruz, quien voló a Madrid y se trasladó a París
en auto alquilado que le propició, sin conocimiento de causa, Carlos Alberto
Montaner”.
¿Qué fue lo que realmente ocurrió? Algo que sucedía con
alguna frecuencia. Muchos cubanos de Miami, como yo tenía cierta popularidad
entre los exiliados, vivía en España y mi teléfono estaba en la guía, cuando
viajaban a Madrid llamaban para pedir informaciones de cualquier tipo (hoteles,
pensiones baratas, restaurantes, médicos, y hasta colegios para sus hijos).
Pues bien, hace 40 años, creo recordar, alguien, presumiblemente el señor
Felipe de la Cruz, invocando el nombre de un periodista amigo, llamó a mi
oficina de Madrid para preguntar qué agencia alquilaba coches a buen precio.
Como era habitual, lo atendí cortésmente y le pasé la llamada a mi secretaria,
quien le dio los nombres y teléfonos de tres agencias, como solía hacer. Eso
fue todo. Por ello el Dr. Bosch aclara que, el alquiler del auto lo “propició,
sin conocimiento de causa, Carlos Alberto Montaner”. No tenía la menor idea de
nada.
Dejémoslo claro: me repugna profundamente el terrorismo. Me
parecía abominable cuando lo practicaba abundante y cruelmente el Movimiento 26
de Julio, la organización creada por Fidel Castro durante la lucha contra la
dictadura de Batista (hubo noches en las que hicieron estallar cien bombas en
La Habana), y me siguió repugnando cuando la oposición, en los primeros tiempos
de la dictadura comunista, integrada casi toda por personas que procedían de la
revolución, recurrió a ese método de lucha.
También, por supuesto, y en mayor medida, me resulta aún más
injustificable el terrorismo de Estado practicado por el gobierno de Castro,
cuando adiestra, ayuda y alienta a terroristas como el venezolano Carlos Ilich
Ramírez, El Chacal, formado en Cuba y preso en Francia por numerosos crímenes,
así como en el pasado hizo con los tupamaros uruguayos, los montoneros
argentinos y los etarras españoles. Si es condenable que existan organizaciones
terroristas, más lo es que existan gobiernos terroristas, como sucede con el de
los Castro, que así figura en la lista que compila anualmente el Departamento
de Estado norteamericano.
Si a la señora Anna Cherubini le interesan los vínculos de
Bosch con otras personas que practican el terrorismo, no debe señalarme a mí,
sino a Fidel Castro. Además, debe tener en cuenta la afectuosa relación que existió
entre Bosch y Fidel Castro desde fines de los años cuarenta. Ambos fueron
amigos y ambos militaron en la Unión Insurreccional Revolucionaria (UIR) que
dirigía Emilio Tro. Por eso, Orlando Bosch, cuando triunfó la revolución en
1959, se convirtió en el coordinador del Movimiento 26 de Julio en la provincia
de Las Villas y Fidel le ofreció el cargo de Ministro de Salubridad, distinción
que no aceptó porque era, realmente, anticomunista.
De paso, como veo que tiene interés en los hechos de sangre
originados en las riñas políticas cubanas, la señora Cherubini debe averiguar y
contarles a los lectores italianos por qué en la época en que Fidel y Bosch
eran amigos y militaban en la UIR, Castro trató de matar al estudiante Leonel
Gómez (lo hirió por la espalda) el 12 de diciembre de 1946. Y por qué asesinó
al sargento de la guardia universitaria Oscar Fernández Caral el 4 de Julio de
1948, si éste no mentía al acusarle de dispararle, poco antes de fallecer.
Asímismo, podía aclarar, de una vez por todas, la responsabilidad de aquel
joven Fidel Castro en el asesinato del líder estudiantil Manolo Castro (no
estaban relacionados) el 22 de febrero de 1948, entonces acusado de ser el
autor intelectual del crimen.
Sin embargo, como italiana que es, o dice ser, o se supone
que sea, si de verdad está interesada en el terrorismo y la violencia
revolucionarias, acaso le interesa explorar las relaciones entre el aparato
subversivo cubano y las Brigadas Rojas, y, sobre todo, el Gruppi di Azione
Partigiana fundado por Giangiacomo Feltrinelli, un millonario comunista
totalmente deslumbrado por la figura de Fidel Castro, como me contó el
periodista italiano Valerio Riva, quien viajó a La Habana en los primeros
tiempos de la revolución junto a Feltrinelli.
3) ¿Cómo responde usted a quienes dicen que estaba al
tanto de la preparación del asesinato del rector de la Universidad
Centroamericana, el jesuita Ignacio Ellacuría, que tuvo lugar en noviembre de
1989 en Salvador? ¿Y cómo se explica el hecho de que, justo una semana antes,
en el curso de un programa de Mercedes Mila, amenazó Ignacio Ellacuría?
En noviembre de 2009, el diario español El Mundo informó
que, de acuerdo a los documentos desclasificados de inteligencia de EE.UU. y la
CIA y el CESID (servicio secreto español), sabían que el sacerdote salvadoreño
Ignacio Ellacurrìa y cinco de sus compañeros serían asesinados por escuadrones
de la la muerte del ejército salvadoreño.
Solamente la mala fe y la voluntad de difamar pueden llevar
a Anna Cherubini –o sea, a los servicios secretos cubanos—a repetir una infamia
que ya he desmentido con pruebas que están al alcance de cualquiera que busque
en YouTube por internet.
Mi debate con el jesuita Ignacio Ellacuría en el programa de
Mercedes Milá ocurrió cinco años antes del monstruoso asesinato de éste y otros
sacerdotes y colaboradores. Y fue un debate intenso, pero respetuoso, como
correspondía a dos personas decentes. Por supuesto que no existió por ninguna
de las dos partes la menor amenaza. Fue un simple intercambio vigoroso de
ideas.
Es interesante analizar cómo el aparato de difamación del
gobierno cubano monta la mentira que ahora repite Anna Cherubini: 1) aparece
una información en un diario español que dice que los servicios de inteligencia
de ese país sabían que iban a matar a Ellacuría el 16 de noviembre de 1989. 2)
Con el mayor descaro, mienten y afirman que una semana antes del asesinato, yo
había discutido con el sacerdote en la television y lo había amenazado de
muerte. El gobierno cubano oculta que el debate había sucedido cinco años
antes, y que en él, por supuesto, no había existido ninguna amenaza. 3) Hacen
la afirmación canallesca de que, como yo vivía en España, sabía que los
militares salvadoreños iban a matarlo y por eso lo amenacé.
Con lo que no contaba el aparato de difamación castrista es
que existía una copia del debate que se puede ver en YouTube o en mi
www.elblogdemontaner.com No obstante, el gobierno de los Castro continúa
repitiendo la mentira, como ahora ha hecho Anna Cherubini.
4) ¿Cómo se definen las actividades dirigidas a bloquear
las inversiones extranjeras en Cuba, como las visitas a las oficinas de las
compañías extranjeras que operan en Cuba por los miembros de la PDC (Plataforma
Democrática Cubana) y por el propio Montaner? ¿Es verdad que por ese tono
amenazante Montaner fue expulsado de las oficinas de Tryp Hoteles? ¿Es cierto
que Montaner y el PDC amenazaron
con elaborar el "Salón de la Vergüenza", una lista negra de las compañías
extranjeras que operan en Cuba?
Jamás en mi vida he estado en las oficinas de Tryp Hoteles,
así que es absolutamente falso que fui expulsado de ellas (ni siquiera sé dónde
se encuentran). Por el contrario, hace unos años, unos ejecutivos de esa
empresa, muy amablemente, me invitaron a cenar en Madrid para conocer mi
opinión sobre estas inversiones de los hoteleros españoles o de cualquier
nacionalidad en Cuba.
Tras escucharlos durante veinte minutos quejarse y burlarse
de la realidad política cubana, les dije, y ahora reitero, que por dos razones
fundamentales esas inversiones en hoteles pueden tener consecuencias penales,
cuando se restablezca en Cuba la democracia.
La primera: las múltiples violaciones de las normas
establecidas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), institución a
la que pertenecen tanto España como Cuba. En esa Isla, el Estado, de común
acuerdo con su socio inversor extranjero, les confisca a los trabajadores el
95% del salario mediante un cambio de moneda tramposo, y le prohíbe todos los
derechos sindicales, comenzando por el de huelga. Eso constituye delito.
La segunda razón: la complicidad entre la gerencia
extranjera de esos hoteles y las actividades ilegales de espionaje a que
someten a muchos de los huéspedes. La cadena Tryp, Meliá y el resto de los
empresarios hoteleros son cómplices en la colocación de cámaras de video y
grabadoras de audio en las habitaciones, y saben que entre sus empleados hay
policías dedicados a esos menesteres. Incluso aplicando la propia ley cubana
actual, esas actividades son ilegales.
Téngase en cuenta que no se trata de empresarios que
invierten en países controlados por dictadores, sino de empresarios que se
asocian con la dictadura para ganar dinero sin importarles los derechos de los
trabajadores o la intimidad de las personas que utilizan sus servicios. Si en
Madrid o en Roma un hotel oculta micrófonos o cámaras en las habitaciones de
los huéspedes, los responsables de ese delito pueden acabar en la cárcel y
resultar severamente multados.
Lo que entonces les dije a los hoteleros de Tryp, en el tono
cordial que suelo utilizar, porque me pidieron mi opinión, es que esa
colaboración es profundamente inmoral, y les recordé lo que les sucedió en
Alemania a empresas como Bayer, Krupp y Volkswagen por colaborar con la
dictadura nazi: además de pedir perdón públicamente por lo que ahora
llamaríamos “irresponsabilidad moral coorporativa”, hasta hace unos años
estuvieron pagando altas multas por su comportamiento contrario a la ética.
5) ¿Está de acuerdo de haber apoyado, como admitió (...
porque nos detuvieron casi en el momento en que planeábamos ayudar a las
guerrillas campesinas de las montañas del Escambray ... en HavanaJournal, 16 de
agosto de 2005), el trabajo de las bandas terroristas que aterrorizaron a la
Sierra del Escambray en los años 60 y que cometieron crímenes atroces como el
del alfabetizador Manuel Ascunce Domenech?
1960. Situémonos en Cuba. Apenas ha pasado un año de la fuga
de Batista y ya se ha constituido una dictadura comunista. La revolución, hecha
para restaurar la libertad, ha sido traicionada por Fidel Castro. Todos los
periódicos, medios de comunicación y escuelas privadas fueron confiscados por
el gobierno en los primeros 18 meses. Sorpresivamente, Fidel entregaba la
revolución a la Unión Soviética y calcaba esa manera siniestra de organizar la
sociedad. La diversidad, incluso el homosexualismo, se convertía en un crimen.
Cualquier crítica se pagaba con la cárcel. En ese momento, ya había unos 19.000
presos politicos en el país y no cesaban los fusilamientos.
Ante esa traición, numerosos revolucionarios que habían
luchado contra Batista, vuelven a tomar las armas contra la nueva dictadura. En
las montañas del Escambray, en el centro de la Isla, se produce una verdadera
rebelión campesina dirigida por el comandante Plinio Prieto, el capitán
Porfirio Remberto Ramírez, Presidente de los estudiantes de la Universidad de
Santa Clara y el comandante Evelio Duque.
Todos son oficiales del ejército revolucionario que derrocó
a Batista. Quieren y piden democracia. Han visto con horror cómo apresaron y
condenaron a 20 años de cárcel al comandante Huber Matos, uno de los héroes de
Sierra Maestra, por escribirle una carta privada a Fidel Castro denunciando la
entronización del comunismo.
El ala democrática del primer gobierno de la revolución,
tiene que huir del país o esconderse para volver a la lucha. El Dr. Manuel
Urrutia, primer presidente de la revolución, debe buscar refugio en una
embajada junto a toda su familia. Se sabe que hay poco tiempo para evitar que
la dictadura de corte estalinista arraigue en el país. Todas las universidades
se convierten en focos de conspiraciones contra la nueva tiranía.
Es en ese contexto en el que yo, a los 17 años, hace más de
medio siglo, junto a un grupo de estudiantes, como hicimos miles de muchachos,
nos integramos a la Resistencia, como hicieron los franceses o los italianos
honorables y patriotas contra los nazis y los fascistas.
Fue en ese contexto en el que planeábamos ayudar a las
guerrillas campesinas del Escambray para evitar la tiranía que se cernía sobre
el país y rescatar la democracia negada por Castro pese a sus previas promesas.
Lamentablemente, los cuatro amigos (entre miles de
estudiantes que conspitraban) fuimos apresados y condenados a largas penas. A
uno de ellos, a Alfredo Carrión Obeso, lo asesinaron los guardias en la cárcel.
Yo logré escaparme al poco tiempo de haber sido apresado.
No dudo que algún grupo guerrillero antitotalitario haya
cometido excesos condenables, pero los fusilamientos en masa de los detenidos
los cometía el gobierno. Como me contó un médico, oficial del ejército de
Castro que luego desertó en España, mataban inmediatamente a los prisioneros de
un tiro en la cabeza, para abrirles rápidamente el estómago y los intestinos
con el objeto de averiguar cómo y de qué se alimentaban.
En el Escambray, en efecto, hubo crímenes lamentables. De
cada cien, noventa y nueve los cometió la dictadura. Esta historia ya le he
contado en alguno de mis libros.
Estas son las preguntas que me gustaría hacerle al señor
Montaner. Una vez dicho esto, me pregunto: ¿le compraría un coche usado a este
hombre? Un coche que no lo sé, pero no un libro!
Este final de la señora Cherubini sirve para demostrar, con
sus palabras, para qué miente y difama, por qué y para qué intenta asesinar mi
reputación: su propósito –que es el de la policía política cubana-- es intentar
impedir que se publiquen o se lean mis libros o los escritos de cualquier
demócratas de la oposición. A eso se dedican las dictaduras totalitarias: a censurar,
a impedir que las personas se expresen libremente. En eso consiste el
“asesinato de la reputación”. Afortunadamente, es inútil. Un día los pueblos
derriban los muros.
Por último, en vista de que yo he respondido las preguntas
de la señora Anna Cherubini –o de quien las haya formulado--, me gustaría que
en justa reciprocidad me respondiera las mías. Son muy sencillas:
1. ¿Por qué en Cuba, después de 53 años de dictadura de
partido único, no se les pregunta a los cubanos, como proponía Oswaldo Payá, si
quieren seguir con ese fallido sistema, o si prefieren un modelo de Estado
multipartidista en donde haya diversas opciones, como existe en las 20 naciones
más prósperas del planeta y, además, en toda América Latina?
2. ¿Por qué los cubanos no pueden organizarse y reunirse
libremente para defender las ideas y los intereses que comparten? ¿Por qué no
pueden crear sindicatos que no dependan del Estado-patrón? ¿Por qué no pueden
escribir y debatir sus ideas y propuestas con libertad?
3. ¿Por qué los cubanos no pueden leer los libros y los
diarios que desean, o escuchar las emisoras internacionales de radio que les
plazca, o tener antenas parabólicas para ver televisión de otros países, o
acceder libremente a internet? ¿No han bastado 53 años de adoctrinamiento y
pensamiento único, infligidos a tres sucesivas generaciones de cubanos, para
convencerlos de las bondades de un sistema que tiene que dedicarse a ocultar la
realidad exterior como mecanismo de defensa?
4. ¿Por qué los cubanos no pueden entrar y salir libremente
de la Isla, sin necesidad de permisos? ¿Son esclavos o menores de edad?
5. ¿Por qué se les niega a los cubanos la posibilidad de
enriquecerse con el producto de su esfuerzo, como se autoriza a los
extranjeros? ¿Por qué los cubanos talentosos, capaces de crear riqueza si los
dejaran, no pueden aspirar a vivir con las comodidades con que viven, por
ejemplo, Raúl Castro o Ramiro Valdés?
Si Anna Cherubini no desea o no puede responder estas
preguntas, tal vez el coronel Rolando Alfonso Borges se anime a hacerlo. Al fin
y al cabo, en su condición de Jefe Ideológico del Comité Central del Partido
Comunista de Cuba le corresponde no solo la tarea vil de intentar asesinar la
reputación ajena. Entre sus funciones está defender la maltrecha reputación de
la revolución. Aquí tiene una oportunidad de hacerlo.
El gobierno de los Castro se cree que el mundo es tonto, así actúan, ojalá su fin llegue pronto
Such is Life!