Los tres años que pasé como estudiante universitario en el Colegio Regional de Arecibo han sido, sin lugar a dudas, determinantes en mi vida. Eran los tiempos de la guerra de Vietnam, de la lucha contra la presencia del ROTC en la Universidad, de la llegada de una administración del PNP al gobierno colonial, del centenario del Grito de Lares y de un significativo auge de la lucha de independencia.
En 1968, un grupo de estudiantes—apoyados por dirigentes estudiantiles del recinto de Rio Piedras-- fundamos un capítulo de la Federación de Universitarios Pro Independencia (FUPI) en el CRA, que me correspondió presidir. Simultáneamente ingresé al Movimiento Pro Independencia (MPI), antecesor histórico del Partido Socialista Puertorriqueño (PSP)...
Llevo casi treinta años como profesor, en la Facultad de Ciencias Sociales del Recinto de Río Piedras de la UPR. La experiencia ha sido inigualable. Compartir con estudiantes, educadores y trabajadores universitarios; participar en las luchas libradas aquí, contribuir aunque sea un poco en la formación de nuestros jóvenes universitarios, ha sido un enorme privilegio.
La batalla por la Universidad¿La batalla por la Universidad?
Por Julio A. Muriente Pérez
jueves, 21 de diciembre de 2017
https://www.elnuevodia.com/opinion/columnas/labatallaporlauniversidad-columna-2384186/
¿Acaso hay que dar batalla en un recinto educativo donde se supone haya libertad de pensamiento?
Eso está en entredicho.
Los puertorriqueños sabemos que el profesor Julio Muriente es una figura representativa de la izquierda boricua en la UPR. Su simpatía por la dictadura cubana y venezolana la hemos cubierto en este blog, también hemos expuesto la influencia marxista y antiderecha que se está dando en las universidades y que ha sido expuesta en los medios de comunicaión desde que Donald Trump ganó las elecciones en el 2016, algo que no se da en el vacío y más adelante el lector podrá entender el por qué.
Hago esta introducción porque la educación ha ido en franco deterioro desde la época de los 60 y Puerto Rico, como territorio de los Estados Unidos no es la excepción, por eso quisiera que el lector mientras lea, vaya repasando si lo que ha sucedido en la Universidad de Puerto Rico ha sido igual gracias a profesores como Julio Muriente, y no es que el sea el único, podríamos nombrar a otros, de hecho los he nombrado en este blog también, pero Muriente ha sido el más notable por su ideología leninista y marxista y su influencia en programas de opinión, también porque es fundador del Movimiento Independentista Nacional Hostosiamo y miembro del Foro de Sao Paulo.
Veamos los hechos y gracias al medio La Gran Epoca que se ha dedicado a publicar para beneficio de sus lectores la traducción del libro “Cómo el espectro del comunismo rige nuestro mundo”, podemos entender lo que ha pasado desde que Donald Trump ganó en el 2016, porque nada es casualidad.
Capítulo 12: Sabotaje a la educación (Parte 1)
Traducción en partes del libro: “Cómo el espectro del comunismo rige nuestro mundo”
Por La Gran Época
26/09/2018
Durante las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos, la constante denigración del candidato conservador por parte de los medios de comunicación, junto con encuestas engañosas realizadas antes de la votación, hicieron que muchos –especialmente los estudiantes universitarios– quedaran conmocionados al anunciarse los resultados de las elecciones.
Luego de la victoria de Donald Trump, surgió un fenómeno ridículo en las universidades de Estados Unidos. Algunos estudiantes sentían tanto miedo, cansancio o trauma emocional por las elecciones que exigieron que se suspendieran las clases y se reprogramaran los exámenes. Con el fin de aliviar a los estudiantes de su estrés y ansiedad, algunas universidades prominentes organizaron varias actividades terapéuticas.
Estas incluían jugar con plastilina o bloquecitos, colorear y soplar burbujas. Algunas incluso ofrecieron gatos y perros para que los estudiantes acariciaran y así tuvieran consuelo. Muchas universidades brindaron asistencia psicológica a los estudiantes, organizaron grupos de ayuda y establecieron servicios como “recuperación postelectoral” o “recursos y apoyo postelectoral”.
La ridiculez de que un proceso democrático normal fuera más terrorífico que un desastre natural o un ataque terrorista demuestra el fracaso total del sistema educativo estadounidense. Estudiantes universitarios, que deberían ser maduros y racionales, se volvieron intolerantes e infantiles al enfrentar un cambio y adversidad.
El colapso total de la educación estadounidense es una de las cosas más preocupantes que le han ocurrido al país en las últimas décadas. Es una señal de que el comunismo tuvo éxito en su misión de infiltrarse y corromper la sociedad occidental.
La infiltración comunista en la educación estadounidense se manifiesta en al menos cinco aspectos.
Promover directamente la ideología comunista entre los jóvenes. La ideología comunista se adueñó gradualmente del ámbito académico occidental infiltrándose en importantes campos de estudio tradicionales e inventando nuevas ciencias relacionadas con su influencia ideológica. Literatura, historia, filosofía, ciencias sociales, antropología, derecho, multimedia y otras especializaciones se vieron inundadas de varios derivados de la teoría marxista. La “corrección política” se convirtió en la pauta para censurar la libertad de pensamiento en las universidades.
Reducir la exposición de la generación joven a la cultura tradicional. La cultura tradicional, el pensamiento ortodoxo, la verdadera historia y la literatura clásica son calumniadas y marginalizadas de diferentes maneras.
Bajar los estándares académicos, comenzando desde el preescolar y la escuela primaria. Debido a que el nivel de enseñanza ha descendido gradualmente, los estudiantes de la nueva generación son cada vez menos alfabetizados y tienen menos capacidades para las matemáticas. Tienen menos conocimientos y su capacidad para pensar críticamente está atrofiada. Es difícil para estos estudiantes lidiar con cuestiones claves de la vida y la sociedad de una manera lógica y directa, y les es aún más difícil poder darse cuenta del engaño del comunismo.
Adoctrinar a estudiantes jóvenes con nociones desviadas. A medida que estos niños crecen, los conceptos que les inoculan se vuelven tan fuertes que es casi imposible que los puedan identificar y corregir.
Estimular el egoísmo, la codicia y la indulgencia de los estudiantes. Esto incluye condicionarlos para que se opongan a la autoridad y la tradición, inflar sus egos y su soberbia, reducir su capacidad de entender y tolerar opiniones diferentes, y ser negligentes con su crecimiento psicológico.
El comunismo ha logrado sus objetivos en casi todos esos cinco aspectos. La ideología de izquierda es la tendencia dominante en las universidades de EE. UU. Los académicos con ideas diferentes han sido marginados en sus puestos de enseñanza o tienen prohibido expresar sus perspectivas tradicionales...
1. El espectro del comunismo en universidades occidentales
a. La severa tendencia izquierdista de los profesores universitarios
En un estudio de 2007 titulado “Perspectivas sociales y políticas de profesores estadounidenses”, entre los 1417 profesores universitarios encuestados, el 44,1% se consideró progresista, el 46,1% moderado y solo el 9,2% conservador. Entre ellos, la proporción de conservadores en tecnicaturas fue un poco más alto (19%) y la de progresistas fue un poco menor (37,1%). En Institutos de Arte, el 61% del cuerpo docente era progresista, mientras que los conservadores eran solo el 3,9%. El estudio también notó que los profesores que estaban cerca de jubilarse eran izquierdistas más incondicionales que los nuevos profesores. En el grupo de 50-64 años, el 17,2% se proclamó como activistas de izquierda. El estudio también señaló que la mayoría de los profesores apoyaban la homosexualidad y el derecho al aborto.
Estudios posteriores a 2007 también confirman la tendencia izquierdista entre los profesores de universidades de Estados Unidos. Un estudio publicado en Econ Journal Watch en 2016 analizó el estatus de votación registrado de los profesores en los departamentos de historia y ciencias sociales de cuarenta universidades importantes de EE. UU. Entre los 7243 profesores sondeados, había 3623 demócratas y 314 republicanos, una relación de 11,5 a 1. Entre los cinco departamentos analizados, el departamento de historia era el más desparejo, con un ratio de 35 a 1. Comparemos esto con un sondeo similar de 1968: entre los profesores de historia de aquel momento, la proporción entre demócratas y republicanos era de 2,7 a 1...
El movimiento de contracultura de los 60 produjo un gran número de estudiantes jóvenes antitradicionales. En sus años de formación, estas personas fueron muy influenciadas por el marxismo cultural y la teoría de la Escuela de Frankfurt. En 1973, después de que el presidente Nixon retirara a las tropas norteamericanas de la Guerra de Vietnam, los grupos de estudiantes asociados con el movimiento antiguerra comenzaron a extinguirse, ya que la principal razón de protesta ya no existía. Pero el radicalismo que se formó en estos grandes movimientos estudiantiles no desapareció.
Los estudiantes radicales continuaron con sus estudios en los campos de las ciencias sociales y culturales –periodismo, literatura, sociología, filosofía, educación, estudios culturales, etc. Después de graduarse, comenzaron sus carreras en instituciones que ejercen una gran influencia sobre la sociedad y la cultura, como universidades, medios de comunicación, agencias gubernamentales y organizaciones no gubernamentales. En esos tiempos, principalmente los guiaba la teoría de la “larga marcha por las instituciones” propuesta por el marxista italiano Antonio Gramsci. Esta “larga marcha” apuntaba a alterar las tradiciones más importantes de la civilización occidental.
Herbert Marcuse, filósofo de la Escuela de Frankfurt, era considerado un “padrino espiritual” por los estudiantes occidentales rebeldes. En 1974, afirmó que la Nueva Izquierda no había muerto, “y resucitará en las universidades” [11]. En efecto, la Nueva Izquierda no solo había logrado sobrevivir: su larga marcha por las instituciones fue enormemente exitosa. Tal como lo escribió un profesor radical:
“Luego de la Guerra de Vietnam, muchos de nosotros no queríamos simplemente arrastrarnos de vuelta a nuestros cubículos literarios; asumimos posiciones académicas. Cuando terminó la guerra, perdimos nuestra visibilidad, y por un tiempo pareció –para los poco observadores– que habíamos desaparecido. Ahora tenemos cargos permanentes, y el trabajo de reformar las universidades comenzó en serio”...
b. La reforma del ámbito académico tradicional con la ideología comunista
El marxismo-leninismo es la ideología que sirve de guía para todos los asuntos en los países comunistas, mientras que en Occidente, la libertad académica es un foco principal. Aparte de los ubicuos estándares morales y normas académicas, no debería haber parcialidad a favor de ninguna tendencia intelectual en particular. Pero desde los años 1930, el socialismo, el comunismo, el marxismo y la Escuela de Frankfurt han ingresado a las universidades estadounidenses a la fuerza, alterando severamente las humanidades y las ciencias sociales...
El discurso revolucionario invade las humanidades en Estados Unidos
En su libro La revolución de las víctimas: El ascenso de los estudios de identidad y el cierre de la mente progresista, Bruce Bawer preguntó a Alan Charles Kors, un historiador de la Universidad de Pensilvania, cuáles eran las tres personas que según él tenían la mayor influencia en las humanidades en Estados Unidos. Inmediatamente, Kord nombró tres libros: Cuadernos de la cárcel de Antonio Gramsci, La pedagogía del oprimido de Paulo Freire y Los condenados de la Tierra de Frantz Fanon.
Gramsci, el marxista italiano, no necesita ser presentado dado que su obra ha sido descrita en capítulos anteriores. Freire, un teórico de la educación brasileño, adoraba a Lenin, a Mao, a Castro y al Che Guevara. Su Pedagogía del oprimido, publicada en 1968 y reimpresa en inglés dos años después, se convirtió en lectura obligatoria en los institutos académicos de Estados Unidos...
Fidel Castro, Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir en Cuba.
Fanon nació en la Isla Martinica del Mar Caribeño y se unió a la guerra de Algeria contra el régimen colonial francés. Su obra, Los condenados de la Tierra, fue publicada en 1961, con un prefacio escrito por el existencialista y comunista francés Jean-Paul Sartre. Sartre resumió su teoría así: los colonizadores occidentales son la encarnación del mal; mientras que los no occidentales son inherentemente nobles por haber sido colonizados y explotados.
Fanon llamó a la gente en las colonias a sublevarse contra la clase colonial gobernante, utilizando la violencia como su punto de movilización. Dijo que al nivel de los individuos, la violencia es una fuerza limpiadora. “Libera al nativo de su complejo de inferioridad y de su desesperación e inacción: lo vuelve intrépido y restaura su respeto por sí mismo”.
Uniéndose a las ideas de Fanon, Sartre escribió en el prefacio: “Porque en los primeros días de la revuelta debes matar: disparar a un europeo es matar dos pájaros de un tiro, destruir un opresor y un oprimido al mismo tiempo: allí yace un hombre muerto y un hombre libre; el sobreviviente, por primera vez, siente el suelo nacional bajo sus pies”...
La teoría comunista se infiltra en el ámbito académico
Desde los años 60, la disciplina de investigación literaria en Estados Unidos ha experimentado un cambio fundamental de paradigma en sus varias subdisciplinas, tales como el inglés, el francés y la literatura comparada. Tradicionalmente, los críticos literarios apreciaban los valores estéticos y morales de las obras clásicas, y consideraban a la literatura como un importante recurso para ampliar los horizontes de los lectores, desarrollar su carácter moral y cultivar su gusto intelectual. En principio, la teoría literaria académica es secundaria a la literatura misma, y sirve para ayudar a su comprensión e interpretación...
Si uno desprende su envoltorio académico laberíntico, estas supuestas teorías no son más que una mezcolanza de marxismo clásico, neomarxismo, la Escuela de Frankfurt, psicoanálisis, deconstruccionismo, posestructuralismo y posmodernismo. Juntos forman una alianza que apunta a destruir los cimientos de la civilización humana y sirve de camuflaje para que el comunismo se escabulla en el ámbito académico occidental. Desde los años 60, el comunismo hizo rápidos avances en áreas como la literatura, la historia y la filosofía, estableciendo su dominación en las humanidades y las ciencias sociales...
La politización de la investigación literaria
Desde la perspectiva de un crítico literario marxista, la importancia de un texto literario no yace en su valor intrínseco, sino en cómo refleja que la ideología de la clase gobernante –por ejemplo, en términos de género o raza– se ha convertido en la clase dominante. Desde esta perspectiva, se dice que los clásicos de la literatura no tienen ningún valor intrínseco. Un prominente teórico literario marxista declaró descaradamente que la “perspectiva política” constituye “el horizonte absoluto de toda lectura y toda interpretación” [21]. Es decir que todas las obras literarias deberían ser consideradas alegorías políticas, y solo cuando se descubren los significados profundos de clase, raza, género u opresión sexual se puede considerar que uno tiene un entendimiento profundo o calificado...
La teoría marxista de la ideología
La “ideología” es un concepto central de las humanidades influenciadas por el marxismo. Marx veía a la moral, la religión y la metafísica colectivamente como ideología. Él creía que la ideología dominante en una sociedad de clases era la ideología de la clase gobernante y que sus valores no reflejaban la realidad como existía, sino a la inversa.
El neomarxismo del siglo XX ha hecho de la destrucción de la cultura un paso necesario de la revolución y hace una extensa referencia a la ideología en su literatura. El marxista húngaro Georg Lukács definía la ideología como la “falsa conciencia”, en oposición a la “conciencia de clase” real...
Marxismo posmoderno
Siguiendo los pasos de la década de 1960, un grupo de filósofos franceses crearon lo que pronto se convirtió en el arma ideológica más poderosa del marxismo y el comunismo en la comunidad académica estadounidense. Algunos de sus representantes son Jacques Derrida y Michel Foucault, y algunos datos recientes ilustran su influencia actual. En 2007, Foucault fue el autor más citado en humanidades, con 2521 citas. Derrida fue el tercero, con 1874 citas. Han habido observaciones reveladoras sobre la relación entre el posmodernismo y el marxismo. Por eso consideramos adecuado referirnos a ello como marxismo posmoderno...
Los jóvenes que ingresan a las universidades para estudiar humanidades no se atreven a cuestionar la autoridad de sus instructores. Mantener la lucidez bajo el constante bombardeo ideológico que le sigue después es aún más difícil. Una vez orientados al estudio de la teoría marxista posmoderna, es difícil que cambien su forma de pensar. Esta es una de las razones por las que la ideología comunista ha logrado correr desenfrenada en las humanidades y las ciencias sociales...
d. La promoción del radicalismo de izquierda
En su libro Salón de clases de Partido único: Cómo profesores radicales en las mejores universidades de Estados Unidos adoctrinan a los estudiantes y socavan nuestra democracia, David Horowitz y Jacob Laksin enumeran unos 150 asignaturas izquierdistas ofrecidas por 12 universidades. Estas asignaturas enmascaran su intenciones políticas con lenguaje culto, pero algunas ignoran incluso principios académicos básicos, lo que las hace parecerse mucho a los cursos políticos obligatorios de los países comunistas.
La Universidad de California–Santa Cruz ofrece un seminario llamado Teoría y Práctica de Resistencia y Movimientos Sociales. La descripción del curso es la siguiente: “El objetivo de este seminario es aprender a organizar una revolución. Aprenderemos qué han hecho y qué están haciendo comunidades del pasado y el presente para resistir, desafiar y vencer a sistemas de poder, que incluyen (pero no se limitan a) el capitalismo mundial, la opresión del Estado y el racismo”...
Bill Ayers, con el título de Profesor Distinguido de la Universidad de Illinois de Chicago, es un radical de los 60 y líder de Weather Underground, originalmente llamada Weatherman (“hombre del clima”), la cual era una facción de Estudiantes por una Sociedad Democrática (SDS). En 1969, Weatherman se volvió clandestina y se convirtió en la primera organización terrorista nacional de Estados Unidos. Se dedicaba a organizar a estudiantes radicales, los cuales participaban en actividades terroristas diseñadas para enardecer los conflictos raciales.
El grupo Weatherman perpetró la colocación de bombas en el Capitolio, el Cuartel General de la Policía de Nueva York, el Pentágono y oficinas de la Guardia Nacional. Tal como indica la famosa cita de Ayers: “Mata a los ricos. Destruye sus automóviles y apartamentos. Lleva la revolución a tu casa, mata a tus padres”. Las publicaciones académicas de Ayers son consistentes con su currículum. En sus escritos sostiene que debemos superar nuestros “prejuicios” con respecto a los delincuentes juveniles violentos.
Una red de progresistas de izquierda logró evitar que el FBI arrestara a Ayers. Resurgió en 1980 y evadió la ley para evitar la justicia penal. Se convirtió en profesor para la Universidad de Illinois-Chicago luego de estudiar educación de la primera infancia. Sus opiniones políticas se mantienen igual y no ha mostrado arrepentimiento por sus ataques terroristas. Ayers se fue convirtiendo en profesor asociado, luego en profesor, hasta finalmente llegar a su actual cargo como Profesor Distinguido. También recibió el título de Académico Senior de la Universidad, el honor más alto de la institución.
Cada título recibido por Ayers fue el resultado de una decisión conjunta de sus colegas en el departamento. Esto en sí mismo refleja el reconocimiento tácito y el apoyo a su pasado terrorista por parte de la universidad.
e. La negación de las grandes tradiciones de Estados Unidos
Un grupo de estudiantes involucrados en política en la Universidad Tecnológica de Texas realizó una encuesta en el campus en 2014 en la que hacían tres preguntas: “¿Quién ganó la Guerra Civil?”, “¿Quién es nuestro vicepresidente?” y “¿De quiénes nos independizamos?”. Muchos estudiantes no tenían la menor idea sobre las respuestas, aunque deberían ser parte de la cultura general. Aunque ignoraban estos hechos básicos sobre la política e historia de su propio país, los estudiantes mostraron ser muy conocedores de los detalles de las celebridades y sus romances.
En 2008, el Instituto de Estudios Interuniversitarios (ISI) hizo una encuesta al azar entre 2508 estadounidenses y encontró que solo la mitad de ellos podía nombrar a los tres poderes del gobierno. Al responder treinta y tres preguntas sobre conocimiento cívico, el 71% de los encuestados recibió una calificación promedio del 49%, o sea, desaprobaron.
Aprender la historia de Estados Unidos no se trata solamente del proceso de entender cómo se estableció la nación, sino también un proceso de entender sobre qué tipo de valores se construyó la nación y qué implica preservar dichas tradiciones. Solo entonces el pueblo atesora lo que tiene, protege el legado nacional y lo transmite a la generación siguiente.
Olvidar la historia es lo mismo que destruir la tradición. La gente que no conoce sus deberes cívicos hace posible que se forme un gobierno totalitario. Uno no puede evitar preguntarse qué pasó con la educación cívica y de historia en Estados Unidos. Las respuestas yacen en los libros de texto que usan los estudiantes y sus maestros.
f. La lucha contra los clásicos de la civilización occidental
La motivación ‘políticamente correcta’ para expulsar a los clásicos de la universidades estadounidenses llevó a varios resultados perjudiciales, algunos de los cuales describiremos más abajo:
Primero, la escritura de baja calidad con contenido superficial que contiene discursos revolucionarios o que pueden considerarse literatura de víctima, destierra las obras clásicas y su profundidad eterna.
Segundo, hacer comparaciones entre estos tipos de literatura y los clásicos, aparentemente les da un lugar entre los clásicos e incrementa su influencia en las mentes de los estudiantes. Ubicar a los clásicos al mismo nivel que estas obras promedio trivializa y relativiza los clásicos.
Tercero, el hilo conductor detrás de los clásicos ahora son interpretados a través de la teoría crítica, los estudios culturales, la política de identidad y la corrección política. Los académicos investigan con entusiasmo el racismo y el machismo ocultos en las obras de Shakespeare, las tendencias homosexuales entre los personajes, y demás, distorsionando e insultando a las obras clásicas.
Cuarto, los estudiantes a los que se les inculcó este tipo de actitud mental consideran que los personajes nobles, los grandes logros y las lecciones morales representadas en los clásicos son difíciles de creer y, en cambio, desarrollan el instinto de verlos de manera negativa y cínica.
g. La monopolización de libros de texto y las humanidades
Después de que académicos y profesores radicales obtuvieron puestos permanentes y reputación, lograron el control de las oficinas y comités de publicación de las universidades. Usaron sus poderes para cargar los materiales de enseñanza con su ideología e inculcársela a sus estudiantes a la fuerza. En algunas áreas académicas, los libros de texto y los de lectura obligatoria elegidos por los profesores contienen más obras de marxismo que de cualquier otra escuela de pensamiento. El libro ya mencionado La otra historia de Estados Unidos por Howard Zinn es lectura obligatoria para muchas carreras de historia, economía, literatura y estudios de la mujer.
Una vez que los izquierdistas consiguen ser muchos, pueden usar el mecanismo de revisión por pares en la comunidad académica de EE. UU. a los fines de suprimir a las personas con opiniones diferentes. Un ensayo que desafía la ideología de izquierda está condenado a ser rechazado por los izquierdistas y sus colegas...
Los estudiantes universitarios desean ser respetados como adultos, pero tanto su conocimiento como su experiencia práctica son limitados. En el ambiente relativamente cerrado de la universidad, pocos de ellos sospechan que sus respetados profesores se aprovechan de su inocencia y confianza para inocularles una serie de ideologías y valores completamente errados y dañinos. Los padres pagan costosas matrículas para que sus hijos dominen el conocimiento y las habilidades que utilizarán como base para encontrar su lugar en la sociedad. ¿Cómo podrían imaginar que a sus hijos en realidad les están robando sus valiosos años, y en cambio están siendo transformados en seguidores de ideologías radicales que les afectarán por el resto de sus vidas?
Generación tras generación de jóvenes ingresaron en este sistema de educación fuertemente infiltrado por el espectro del comunismo. Estudian libros de texto escritos por izquierdistas e internalizan sus teorías desviadas, apresurando el declive de la cultura, la moral y la humanidad.
h. ‘Reeducación’ universitaria: Lavado de cerebro y corrupción moral
Con el crecimiento de la ideología marxista en las universidades, la política del campus a partir de los 80 se ha enfocado cada vez más en evitar los comentarios “ofensivos”, especialmente en lo que respecta a ofender a mujeres y minorías étnicas. Según el académico estadounidense Donald Alexander Downs, entre 1987 y 1992, unas trescientas universidades de EE. UU. implementaron políticas para la regulación de la libertad de expresión, creando un sistema paralegal de prohibición para impedir lenguaje considerado ofensivo respecto a grupos o temas sensibles...
Muchos estudiantes que crecen en este tipo de ambiente tienen egos susceptibles y tratan de evitar sentirse ofendidos al máximo. La identidad de grupo (es decir, otra versión de la “conciencia de clase” que predica el comunismo) promovida en las universidades deja a los estudiantes ignorantes ante el pensamiento independiente y la responsabilidad personal. Al igual que los estudiantes radicales de los 60 que ahora son sus profesores, estos estudiantes están en contra de la tradición. Se entregan a una promiscuidad sexual confundida, el abuso del alcohol y la drogadicción. Su habla está llena de groserías. Sin embargo, debajo de su desprecio por las convenciones del mundo yacen corazones y almas frágiles, incapaces de soportar el más mínimo golpe o contratiempo, sin mencionar asumir una responsabilidad real.
La educación tradicional fomenta el autocontrol, el pensamiento independiente, el sentido de la responsabilidad y el respeto hacia los demás. El espectro del comunismo solo quiere que la próxima generación abandone completamente su comportamiento moral y se convierta en sus esbirros para dominar el mundo.
https://www.lagranepoca.com/news/372763-capitulo-12-sabotaje-a-la-educacion-parte-1.html
¿Qué les parece?
La Educación no está en crisis por las razones que da la izquierda, la solución no es la Educación gratis como ellos exigen. La educación en Occidente está en crisis por culpa de la demagogia marxista, la evidencia es evidente.
Ahora los padres podemos entender mejor porque nuestros hijos son como son, lo peor de todo es que muchos, padres y estudiantes, han pagado miles de dólares, se han endeudado y han malgastado sus becas pagadas por el gobierno federal.
Una pérdida de tiempo y una tragedia educativa por este desmadre marxista y anarquista, imagínese si fuera gratis.
Such is Life!