"Señora Michelle Bachelet: Si no fuera por el personal de (Augusto) Pinochet, que derrotó a la izquierda en 1973, entre ellos a su padre, hoy Chile sería una Cuba".
Esa durísima frase lanzada el pasado miércoles por Jair Bolsonaro contra la ex mandataria de Chile provocó un nuevo cruce diplomático protagonizado por el presidente brasileño.
Inmediatamente después de que reivindicara la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y que indirectamente "celebrara" la muerte de Alberto Bachelet, Bolsonaro se ganó el repudio de gran parte de la comunidad internacional. Incluso, su par chileno Sebastián Piñera, histórico adversario político de Michelle Bachelet, fue uno de los que salieron al cruce del mandatario brasileño y repudió sus dichos.
"No comparto en absoluto la alusión hecha por el presidente Bolsonaro respecto a una ex presidenta de Chile y especialmente en un tema tan doloroso como la muerte de su padre", afirmó el jefe de Estado chileno quien, pese a sus diferencias políticas con Bachelet, no titubeó a la hora de reprobar las declaraciones de Bolsonaro.
Por qué la respuesta de Piñera a Bolsonaro en defensa de Michelle Bachelet es una nueva muestra de la calidad de la democracia chilenaMuy bien, aunque a muchos no le guste lo que dice el presidente de Brasil, es la verdad.
La contundente reacción del presidente Piñera a los dichos de su par brasileño sobre la muerte del padre de la ex mandataria por mano de la dictadura de Pinochet revela la capacidad del país transandino de dejar de lado las diferencias políticas incluso entre los adversarios más acérrimos
Por Lucas Goyret
6 de septiembre de 2019
https://www.infobae.com/america/america-latina/2019/09/06/por-que-la-respuesta-de-pinera-a-bolsonaro-en-defensa-de-michelle-bachelet-es-una-nueva-muestra-de-la-calidad-de-la-democracia-chilena/
Las preguntas son:
¿Por qué la izquierda latinoamericana no se indigna con los dictadores del presente que asesinan a sus opositores y los encarcelan, incluyendo militares?
¿Cómo se defiende la democracia en el siglo XXI cuando la diplomacia no funciona?
Podemos estar de acuerdo en que la derecha es diplomática y el Presidente Piñera es un caballero, en lo que no estamos de acuerdo es que la izquierda no lo es y es por eso que muchos aplauden las palabras de Jair Bolsonaro, respecto a Michelle Bachelet al señalarlo en la ONU por apoyar a la policía de Brasil que combate el crimen, sin embargo en los países socialistas, existe una policía política que persigue opositores y mantiene presos políticos que incluyen periodistas y la ONU no hace absolutamente nada para detenerlos.
Estados Unidos y sus aliados, entre ellos Bolsonaro, llevan meses tratando de resolver el problema de Venezuela que ha creado una crisis migratoria en todo el continente...
¿Qué ha hecho Michelle Bachelet? NADA.
Hizo una visita a Venezuela, redactó su informe, Maduro lo condenó y ahí quedaron las cosas.
Los dos primeros decretos que firmó Salvador Allende una vez que tomó el poder fueron claros sobre lo que sería su interpretación de la violencia necesaria y justificada para imponer sus ideas marxistas en una población que solamente le había dado el 36% de su apoyo...
Todo ello sin contar con los ataques a los medios de comunicación críticos. Como los asaltos por miembros de las juventudes del Partido Socialista a emisoras de radio vinculadas al diario El Mercurio, un periódico que finalmente consiguió cerrar Allende.
A partir de 1972, el propio presidente socialista del que recientemente se ha declarado admirador Pablo Iglesias, dejó de disimular su tendencia a la violencia, Aquel año, procedentes de Cuba y empleando valijas diplomáticas para su traslado, entraron para uso de Unidad Popular y fueron almacenados en dependencias del Partido Socialista que presidia Allende, 4.000 fusiles de asalto AK-47 de fabricación soviética.
¿Por qué atacar a Bolsonaro por decir la verdad y no condenar a la izquierda marxista y la que apoya Michelle Bachelet?Allende, asesinatos y violencia para imponer el socialismo a sangre y fuegoJuan E. Pflüger / 24 junio, 2016
La razón es obvia, la izquierda latinoamericana que defiende el Socialismo del Siglo XXI como lo hace la ex-presidenta de Chile en su actitud pasiva para señalar de crímenes de lesa humanidad a Nicolás Maduro, Raúl Castro y Daniel Ortega, no respeta a la oposición y son ya demasiados los muertos acumulados por los dictadores de Cuba, Venezuela, Nicaragua y los demás países que no sabemos desde que se instauró la dictadura cubana en 1959, incluyendo el Brasil de Lula DaSilva y Dilma Rousseff acusados de corrupción y ser parte del caso más escandaloso de corrupción en la historia del continente americano, han sido presos ex-presidentes de la derecha, pero ninguno de la izquierda hasta ahora y que recibieron los mayores sobornos.
¿Por qué?
Porque si algo tiene la izquierda es, que controlan los medios, ocultan delitos y tergiversan la historia. Así se los aconsejó el mayor corrupto y asesino de la historia de América Latina, Fidel Castro.
Alberto Bachelet fue un militar que creyó en la Revolución socialista de Salvador Allende y así lo aceptó en su declaración.
Quizás el padre de Bachelet fue un inocente militar con ideología de izquierda romántica de la Revolución Francesa, como lo describe en su declaración al abogado, eso no es malo según muchos dicen en su defensa, pero, para acusarlo de traición a la patria tiene que haber sido con algún fundamento, más no se sabe con certeza que fue lo que pasó, incluso el juicio que se hizo para desestimar las acusaciones de traición de Alberto Bachelet, no hay información precisa de como se dieron los hechos, solo un libro de otra de las víctimas, quien no acepta que sea de izquierda, pero la realidad es, que cuando ocurrió el golpe de estado con Pinochet, ya Chile era una dictadura comunista bajo la tutela de Fidel Castro, en crisis económica por actuaciones equivocadas de Allende y el padre de la ex-presidenta estaba de acuerdo y en eso, Bolsonaro tiene toda la razón.
PARADA militar en el Parque Cousiño. El presidente Allende brinda chicha en cacho con los comandantes en jefe del ejército, Carlos Prats, de la Armada, Raúl Cornejo, y de la FACH, César Ruiz Danyau. Aparecen también el cardenal Raúl Silva Henríquez, el ministro de Defensa, Alejandro Ríos Valdivia, el presidente del Senado, Tomás Pablo, los ministros José Tohá, Pedro Vuskovic, Pascual Barraza, Carlos Cortez, etc.
REVISTA PUNTO FINAL
Tuve el privilegio de conversar en aquella época con ese gran socialista que fue el general Alberto Bachelet, y reunirme con otros coroneles, mayores y capitanes que simpatizaban con Allende y su partido. Ellos reclamaban una política del gobierno más ofensiva contra la oficialidad sediciosa y coordinar a los uniformados democráticos con las organizaciones populares para que ante un peligro de golpe, ellos pudieran dotarlas de armas de las propias FF.AA.
Del Ministerio del Interior dependía Carabineros y la policía civil, donde el gobierno tenía más apoyo. Pudo haber fortalecido esos cuerpos con personal de confianza, creando algún contrapeso a las instituciones de la Defensa. Existía la Ley de Defensa Civil de 1945 que orientaba la organización de cuerpos civiles y su coordinación con las instituciones policiales y militares para situaciones de desastre o conmoción, que el gobierno pudo haber aprovechado para desarrollar formas de autodefensa de los simpatizantes del gobierno.
Tanto en el campo como en la ciudad había miles de trabajadores dispuestos a empuñar las armas en defensa del gobierno popular. En varias ocasiones solicitamos al comandante Fidel Castro que nos apoyara con armamento para el desarrollo de milicias populares. El nos respondió invariablemente que lo haría siempre que el presidente Allende lo autorizara. Y el presidente jamás lo aceptó.
Salvo algún armamento menor e instrucción para la seguridad personal y resguardo de algunos locales, el gobierno nunca aceptó formar mandos militares propios ni traer medios para el armamento del pueblo. La articulación de estos factores hubiera permitido construir una capacidad propia de defensa del gobierno popular apoyándose en palancas institucionales, pero sobre todo en la disposición de lucha del pueblo organizado. Se argumentará que ello hubiera precipitado un quiebre de las FF.AA. y una guerra civil.
Pero la historia ha demostrado que la renuencia del reformismo a desarrollar una capacidad propia de defensa del gobierno popular, la incorporación de los militares al gobierno, y concesiones a la reacción como la devolución de empresas, la Ley de Control de Armas, etc., no impidieron el derrocamiento del gobierno y que la oficialidad golpista, apoyada por el conjunto de la reacción, desatara una sangrienta guerra contra el movimiento popular desarmado.
Por: ANDRES PASCAL ALLENDELas preguntas que se caen de la mata son:
22 de septiembre de 2000
El MIR, 35 años. PARTE IV
http://www.puntofinal.cl/000922/nac.html
¿Qué democracia defendió el padre de Michelle Bachellet como militar?
¿La dictadura popular comunista de Salvador Allende?
¿Debe la derecha seguir siendo diplomática cuando la izquierda no lo es?
Porque eso les da demasiada ventaja cuando se trata de controlar el poder, sencillamente ellos no creen en la alternancia del poder, así lo han demostrado durante toda la historia desde la Revolución Bolchevique en 1917 y su mayor fuerza de control es perseguir, matar de hambre al pueblo y asesinar a la oposición.
El ejército en las dictaduras de izquierda funciona para defender la dictadura y no al pueblo que es víctima.
¿Así pensaba el padre de Michelle Bachelet?
Esa es una pregunta que nunca será contestada con honestidad por la izquierda actual. La realidad es que solo la derecha le da la libertad a su ejercito para defender al pueblo y su derecho a la libertad.
La única excepción ha sido Nelson Mandela, quien era comunista y terrorista y por eso estuvo preso en Africa del Sur, su respeto por la oposición lo llevó a presidir en armonia y ser ejemplo para el mundo, no así Chile con el General Augusto Augusto Pinochet quien entregó el poder luego de una elecciones libres hasta ahora, aunque muchos no lo quieran admitir.
Diosdado Cabello por Bachelet:
“Parece que ella trabaja
para los verdugos de su padre”
El número dos del régimen chavista volvió a criticar a la alta comisionada para los DD.HH. en medio de su conflicto con el presidente brasileño Jair Bolsonaro.
¿Para quién trabaja Michelle Bachelet?
Por tanto, la historia nos reafirma que la izquierda no conoce la diplomacia, se impone por la fuerza de las balas, en lo que ellos llaman revolución. Usan a los militares para dominar al pueblo que la mayoría de las veces no tiene como alimentarse, ni tiene sus necesidades básicas cubiertas como sucede en la actualidad en Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Por tanto, asumir una actitud de ofensa a la memoria de una persona que defendió a un dictador contra un pueblo que ya sufría de escasez por una revolución, es traición a la patria. Estoy convencida que por más que la ex-presidenta Bachelet lo niegue, si usó sus influencias para revocar una mancha merecida de su padre, por ventajas políticas y privilegios de una izquierda en el poder en Chile que ha usado los sucesos del 11 de septiembre de 1973 para victimizarse, cuando fueron precisamente ellos los victimarios.
Jair Bolsonaro y Mike Pompeo.
Otra vez, Jail Bolsonaro nos demuestra que ser políticamente correctos no es bueno para la democracia, la política y la historia porque los que no la conocen están condenados a caer en los mismos errores del pasado.
Such is Life!