El término es cruel, plagado de prejuicios de clase y quién sabe de qué más, y se profiere mirando desdeñosamente hacia abajo. Resulta extraño, porque “jíbaro”, sin diminutivo, se ha constituido como la expresión máxima de lo puertorriqueño. No obstante, al decir “jíbaro” se debe seguir un protocolo. Si se llama así a alguien resulta un insulto o al menos un señalamiento de tosquedad e ignorancia. Por ello, salvo en contextos muy particulares, “jíbaro” es un epíteto que sólo resulta positivo si un individuo lo emplea para sí. Tengo la impresión, sin embargo, que la mayor parte de las veces se emplea el término de la primera manera, atribuyendo esta condición a otros, para separarlos y ponerlos a distancia...
Ante esta realidad, muchos puertorriqueños se convierten en “jibaritos”. Pero no en seres montaraces y burdos. De esto no se trata en absoluto, puesto que nos topamos aquí con otro tenor de jibarería. Nos convertimos en “jibaritos” con generador eléctrico y megatienda en la comarca, en televidentes de telebasura estadounidense, en turistas de parques temáticos de la Florida, en provincianos de urbanización con control de acceso, plasma y primos a visitar en Nueva Jersey o Fort Lauderdale.
La jibarería resultante es horizontal y, al contrario de los “jibaritos” tradicionales, ésta se extiende por todas las clases sociales. Millares de profesionales acceden al tope que conciben por su inserción conceptual en sistemas de salud, de ingeniería, de negocios de Estados Unidos, que mimetizan acríticamente en Puerto Rico. En un mundo interconectado como nunca en la historia, la clase profesional y política del país debe ser una de las más provincianas y “jibaritas” del orbe. Para ella el mundo tiene dos ciudades, Washington y Nueva York y su preparación y actividad laboral los ha llevado al paroxismo del copy and paste...
No solamente tendríamos que preguntarnos por el conocimiento del mundo de nuestros gobernantes, sino si de verdad éste tiene algo que sea verdaderamente conocimiento y no una cadena tóxica de trampas ideológicas e ignorancia. Estamos en manos de “jibaritos” del Norte y del patio. Provincianos de Capitolio, Mansión Ejecutiva y Casa Alcaldía, pero también de bufete de abogados y micrófono de emisora de radio. Gente que piensa que se la sabe todas y que no podría dialogar con nadie fuera de la órbita del gobierno federal, de los ambientes enrarecidos de sus partidos y de las mitologías y supersticiones que han arrastrado por décadas.
“Jibaritos”
Por Eduardo Lalo
sábado, 3 de marzo de 2018
https://www.elnuevodia.com/opinion/columnas/jibaritos-columna-2403520/
¿Qué les parece?
¿cadena tóxica de trampas ideológicas e ignorancia?
¿Somos o no somos jíbaros?
Todo depende de que espectro político seamos...
¡Qué muchos jíbaros somos!
No me sorprende la arrogancia del socialista Eduardo Lalo,
es que los escritores independentistas tienen la creencia de que están por
encima de los demás en lo referente a la cultura, la educación y también la ideología.
Leyendo esto me acordé de la Estadidad Jíbara de Luis A.
Ferré que fue duramente criticada por la izquierda carnívora puertorriqueña.
Para quien no conoce lo que dijo el fundador del Partido Nuevo Progresista,
miembro del Partido Republicano nacional y amigo de la familia Bush, aquí cito
sus palabras...
“... Creyentes en la democracia y respetuosos del mandato de
la mayoría, no vamos a imponer la estadidad a los puertorriqueños. Vamos a
convencerlos, con la fuerza de los poderosos argumentos que hay para
defenderla, que es éste el único camino de la igualdad política, de la
seguridad y del progreso para todos. Vamos a hacer comprender a nuestros
compatriotas que convertirnos en estado no significa dejar de ser
puertorriqueños. Que por el contrario, la estadidad jíbara, como yo la he
llamado, conservará todo lo bueno de nuestra cultura y nuestras tradiciones así
como nuestra lengua española. Que al mismo tiempo la estadidad jíbara nos permitirá
disponer de los recursos económicos de un gobierno federal que son necesarios
para resolver nuestros graves problemas...”
Luis A. Ferré
12 de octubre de 1968
¿No es esto una manera de enriquecernos intelectual y
culturalmente?
Don Luis fue ingeniero, industrial, músico, filántropo,
gobernador de Puerto Rico y fundador del periódico El Nuevo Día, medio que hoy
dirigen sus nietos y que increíblemente persiguen a los líderes del partido que
fundó su abuelo, pero ese es otro tema.
Los estadistas somos muy orgullosos de nuestra
puertorriqueñidad, respetamos la cultura, la música, la comida y nuestra
idiosincracia sin embrago nos acusan de ser vendepatrias y asimilistas. No
necesitamos que ningún independentista nos diga que somos menos puertorriqueños
que ellos porque admiramos la sociedad estadounidense que demuestra ser mejor que la de América Latina socialista, el respeto a la separación de poderes y a la ley y el orden,
algo que en la isla estamos muy lejos de entender y no es culpa de nuestra
jibarería sino de la irreverencia de la izquierda en respetar a los gobiernos
democráticos, su odio sarraceno hacia una sociedad libre como lo es la
estadounidense, pero otra razón no menos importante, la corrupción en todos los
niveles, esa que usa la izquierda para atacarnos como si la corrupción tuviera
nombre exclusivo del PNP como lo insinuó Guillermo Gil y el comunista David
Noriega, QEPND.
Ya no es necesario viajar el mundo para conocerlo, podemos
leer, ver programas de contenido turístico, cultural e histórico, existen
canales como National Geographic, History Channel, PBS, y muchos otros canales
que están disponibles en las cadenas de cable. Hay perosnas que les gusta
verlos, hay otras que no y prefieren ver “Lo se Todo”—programa que pasaba
desapercibido por la izquierda hasta que a un reportero y camarógrafo se le
ocurrió perseguir a René Pérez viajando con una mujer que no era su esposa,
ahora lo quieren sacar del aire— o “Dando Candela”, de ahí el nivel de
inteligencia o deseo de aprender a través de la televisión. Porque para poder
viajar a otros países es necesario tener dinero disponible para eso y no todos
los puertorriqueños tienen el presupuesto para viajar, porque existen otras
prioridades como los hijos y pagar deudas hipotecas, carro y préstamos.
Votar es lo que nos iguala como ciudadanos.
En una isla dónde los salarios son bajos y el costo de vida
es alto, no podemos culpar a la gente que prefiera una cosa o la otra,
simplemente la clase media sobrevive y me parece injusto de parte de este
escritor, que por cierto, se ganó un premio de $100mil de manos de Nicolás
Maduro en Venezuela, criticarlos y decir que son jíbaros, se contradice en su
intención de insultar. En su columna de opinión no nos dice cuál fue el motivo
de su viaje, sería bueno que lo dijera para saber las razones de viajar a
Argentina y Colombia, dos países muy polarizados en política, uno porque ganó
la derecha de Macri y el otro porque ha sido engañado por Juan Manuel Santos y
las FARC, en una farsa de buscar la paz con impunidad de delitos, luego de años
de guerrilla llena de terrorismo, crímenes como violaciones de niñas y
secuestros.
Los estadistas buscamos en Washington ser el Estado 51,
porque eso significa tener un sistema republicano donde los “jibaritos”
puertorriqueños puedan vivir en una sociedad justa, de oportunidades para todos por igual y no solamente para una élite política, ganar buenos salarios,
derechos laborales y no ser explotados como sucede en muchas partes de América
Latina.
Los americanos no explotan a sus trabajadores, los socialistas sí, y aunque existen casos de explotación de inmigrantes ilegales en estados como California, los mismos inmigrantes tienen que entender que su peor enemigo es precisamente ese estatus de ilegalidad que tienen, porque en los Estados Unidos existe salario mínimo y una gran cantidad de abogados dispuestos a defenderlos.
Los americanos no explotan a sus trabajadores, los socialistas sí, y aunque existen casos de explotación de inmigrantes ilegales en estados como California, los mismos inmigrantes tienen que entender que su peor enemigo es precisamente ese estatus de ilegalidad que tienen, porque en los Estados Unidos existe salario mínimo y una gran cantidad de abogados dispuestos a defenderlos.
Sin embargo me resulta asqueante, que existan uniones
obreras que en sus convenios colectivos logren grandes sueldos para los
empleados en el gobierno, que a la misma vez son pagados por las contribuciones
del pueblo y los pequeños comerciantes, creando una nómina pública muy onerosa
y que ha traído como consecuencia la quiebra del gobierno, eso sucedió en
Puerto Rico y todavía hay gente que culpa a los bonistas. La corrupción también ha
sido un problema en la isla, porque como dice el refrán, a lo que no nos
cuesta, hagámosle fiesta. Pero, los socialistas se enfrascan en una pelea política contra la
industria y megatiendas que crean empleos, tampoco patrocinan a los pequeños
comerciantes, ni respetan a los artesanos y artistas.
Culpar a los partidos PNP y PPD solamente de la debacle en
Puerto Rico, es ser irresponsable, quienes han vivido del gobierno y en esto la
izquierda boricua está en el primer lugar, porque están en todas las agencias,
universidad del estado, Ateneo Puertorriqueño, Instituto de Cultura y en la
Comisión Estatal de Elecciones, recibiendo un presupuesto de un millón para
hacer campaña política es un grave problema en la asignación de fondos hacia
otras necesidades mucho más apremiantes. No se trata sólo de quien gobierna
sino de quienes trabajan en el gobierno, porque la nómina pública inflada es
también un grave problema de administración pública. El modelo socialista es precisamente el problema en América Latina.
No somos jíbaritos por ser anexionistas o por viajar a
Disney World o visitar familiares en otros estados. No somos jíbaros por no
viajar a otros países fuera de los Estados Unidos, eso es una falacia
socialistoide y una arrogancia de parte del escritor.
El ser humano nació con unos dones y unas capacidades, somos
diferentes en gustos y preferencias, esos no nos hace más o menos jíbaritos,
eso nos hace merecedores de recibir la mejor educación que necesitamos para
desarrollarnos, de eso es que se tratan las Escuelas Charters, muy diabolizadas
por la izquierda y por otro lado, admiran el modelo educativo cubano que ha
demostrado ser más ideológico comunista que educativo. ¿De qué habla Eduardo Lalo?
Eduardo Lalo, si era cuestión de contarnos sobre el viaje,
la jibarería está “out of the picture”, osea, es irrelevante, podemos entender
que usted crea por lo que ve, que Argentina y Colombia son mejores países
porque la actividad económica en el aeropuerto y la ciudad sea más populosa que
en Puerto Rico, somos una isla mucho más pequeña, con un éxodo inimaginable para una isla que no está en una guerra y
con unos problemas que en este momento enfrentamos por la devastación
catastrófica de dos huracanes. Puerto Rico llegó a ser una isla próspera en los
años setenta, pero lamentablemente y gracias a sus amigos obstruccionistas nos
hemos convertido en la isla con menos actividad económica del Caribe. ¿Por qué?
Porque tenemos la electricidad más cara del hemisferio, eso de por si es el
obstáculo más grande para la inversión privada y la hotelera.
Como ve, no es cuestión de jibarería, eso se llama
busconería y jaibería, mala voluntad de un sector que no quiere que la isla progrese siendo un territorio de Estados Unidos y no necesariamente se trata de los
anexionistas, por muchos años los independentistas nos pretenden hacer creer
que la “grama es más verde” en la Patria Grande y que cosa que ni Argentina ni
Colombia son los países más prósperos de América Latina según el Fondo
Monetario Internacional, sino Perú. Muchos son los factores, los mismos que no
existen en Puerto Rico, una isla que debería explotar el turismo según lo hace
República Dominicana y Cuba, pero en la isla, los ambientalistas socialistoides impiden
construir hoteles porque sufren las tortuguitas y la paloma sabanera, ¡ahh! y
porque Tito Kayak determinó que las playas son para el pueblo, me gustaría que
fuera a Cuba a decir eso mismo para ver como termina en la cárcel.
Así es que me parece sumamente arrogante el escritor Eduardo Lalo en insinuar que los penepés y estadistas somos unos jíbaros que no sabemos nada de otros lugares que no sean los Estados Unidos y que nos conformamos con eso, si algún legado nos dejó don Luis A. Ferré es que un estadista nunca debe olvidar sus raíces, ni su cultura, como tampoco dejar de aprender sobre lo que sucede en el resto del mundo, ese fue su ejemplo de vida.
Soy una jíbara de Bayamón y a mucha honra, porque como dice la canción de José Nogueras, Ser jíbaro es un honor.
Such is Life!