miércoles, 11 de enero de 2012

Luis Pabón Roca: Sí, otro Puerto Rico es posible...


Si los ciudadanos como tú, dejaran de ser tan demagogos...

Demagogia: es una idea política que consiste en apelar a emociones (sentimientos, amores, odios, miedos, deseos) para ganar el apoyo popular, frecuentemente mediante el uso de la retórica y la propaganda. Wikipedia

Qué facil es hablar detrás de un micrófono o sentarse a escribir, diciendo toda clase de estupideces que le convengan al partido político de  uno y no ser honesto con la realidad... así son los abogados populares, socialistas y neocomunistas y Pabón Roca no es la excepción.

De un popular defendiendo a populares no se puede esperar otra cosa...


Juzgue usted...

11 Enero 2012
El Nuevo Día
¿Es posible otro Puerto Rico?
LUIS PABÓN ROCA:

 Aunque la contestación políticamente correcta a si otro Puerto Rico es posible debe ser un rotundo sí, cada día que pasa pienso que es muy difícil, si no imposible. En días reciente se publican las razones por las que emigran muchos puertorriqueños. Crimen, desempleo, economía, educación, entre otras. Pero creo que la razón fundamental es más profunda que los temas que a diario se debaten. La razón fundamental es el desencanto.



Hace algunas décadas se nos conocía como la Isla del Encanto. Hoy día la realidad nos apesadumbra el espíritu porque no vemos la luz al final del túnel o, como dicen muchos, ¡no veo ni siquiera la entrada al túnel! La pregunta que persiste es: ¿qué vamos a hacer?

El fracaso de la clase política en atender los problemas es evidente. Sus integrantes son quienes nos han traído a este punto y no sólo nos hunden sino que nos mienten y nos ahogan sin que aparente haber voluntad para hacer lo que hay que hacer.

De alguna manera tenemos nosotros, los ciudadanos, que exigirnos a nosotros mismos el cambio.

Hay que olvidarse del gobierno y del “del otro”. Tenemos que acabar con el “mantengo” que nos ha hecho esclavos, y esto va desde el empresario hasta el residente de la barriada más pobre. Todos nos hemos convertido a la religión del “mantengo” y estamos paralizados ante el fracaso del gobierno que nos convirtió a esa religión.



Debemos, como individuos, asumir la responsabilidad de hacer un mejor país. De ahí tal vez surjan alianzas que creen movimientos civiles que superen el empantanamiento que nos ahoga. Para esto tenemos que asumir nuestra responsabilidad, dejar de buscar culpables y construir un mejor país. ¿Es posible? No sé, yo estoy tratando.

Pabón Roca es parte de la demagogia criminal que existe en Puerto Rico. Menos mal que se incluye en la religión del mantengo, por lo menos acepta que la mediocridad es parte de su vida.

¿La isla del Mantengo?

Ahora somos los mantenidos, los vagos que no hacemos nada pero en la época de Muñoz ¡qué bueno era el mantengo, ah! ¿Esas ayudas sociales son malas cuando no hay trabajo, no hay respaldo a lo hecho en Puerto Rico, no hay respaldo a los artesanos y artistas puertorriqueños que tienen que buscarse otro trabajo para sobrevivir, a los profesionales que se gradúan de la universidad y se tienen que ir a trabajar a un negocio de comida rápida o un supermercado porque no hay mas ‘ná?

Siempre la soga corta por lo mas fino y para Pabón Roca la culpa la tienen los beneficiados de las ayudas sociales... ¡qué bonito!

Una isla donde se importa todo porque cualquier cosa hecha en China o en la cochinchina de mala calidad es mejor que lo de aquí. Donde los “grandes intereses populares” prefieren un paraíso fiscal en una colonia que la libertad de ser un estado con una industria robusta de lo que sea. No insulte mi inteligencia abogado, el problema es la maldita colonia, no defienda lo indefendible.

La pregunta obligada a Luis Pabón Roca es ¿Qué carajo ha hecho el Partido Popular Democrático y su Estado Libre Asociado para poner a los puertorriqueño en la vanguardia del profesionalismo? ¿Qué logros extraordinarios ocurrieron bajo la gobernación de Rafael Hernández Colón, Sila Calderón y Aníbal Acevedo Vilá?



¿Qué carajo han hecho Alejandro García Padilla y su delegación de manduletes, buscones y habladores de basofia sin sustancia por el bien de este país?

¿Visitar fábricas establecidas de empanadillas, hacer discursos con retórica de podio rancia, acusar a políticos de cuanta estupidez hay, dis que por decir que están fiscalizando? ¡Por favor! ¿A quien quieren engañar? ¡Ponerse a vociferar en el programa mañanero y faltarle el respeto a los que llaman no es ser un caballero compay!

 No hable de decencia cuando es el primero en actuar como un troglodita a la menor provocación y como siempre digo, todo sea por el rating. Si hoy no hay respeto, las “promo” en la radio de los "analistos" de WKAQ no es el mejor ejemplo de decencia.

Upps! perdón... perdí el caché.

CARLOS DÍAZ OLIVO:

 Los resultados del censo confirman que, por primera vez en siglos, Puerto Rico perdió población. Nuestra problemática socioeconómica y el deterioro en la calidad de vida llevan a muchos a plantearse la emigración como alternativa real.

La emigración no es un fenómeno nuevo.

En el siglo XVI el grito de “Dios me lleve al Perú” recogió el lamento de nuestras penurias ante las revelaciones de oro y abundancia en otros lares. Más adelante, Santo Domingo, la provincia de Oriente en Cuba, Hawai, Nueva York, Hartford, Chicago, Orlando y Houston, se convirtieron en escenarios de la diáspora puertorriqueña.



El dilema de dar la lucha aquí o buscar afuera la oportunidad negada, resume gran parte de nuestra historia como pueblo. La diferencia ahora, quizás, radica en una desilusión mayor y en una inclinación creciente a “tirar” la Isla a pérdidas.

Por ello, cabe preguntarse si es posible otro Puerto Rico.

La respuesta es que sí. Nuestra situación no es distinta a la de otros pueblos que confrontan el mismo dilema y han decidido resistir, batallar y progresar. Las claves de los que han logrado éxito son básicas e incluso obvias:
(1) trabajar con mayor intensidad y rigor que los demás;
(2) disposición continua a asumir riesgos y renuncia a la comodidad e indolencia;
(3) hacer lo que otros no han sabido hacer o hacerlo aún mejor, esto es, creatividad e innovación, y
(4) premiar la excelencia y castigar la displicencia y la inefectividad.



En las décadas de los cuarenta y los cincuenta del siglo XX, los puertorriqueños pusimos en práctica estos principios básicos y, en efecto, fuimos exitosos.

Si dejamos de lado el pesimismo y el conformismo y revivimos ese espíritu que caracterizó los años productivos de nuestros padres y abuelos, otro Puerto Rico es posible.





LPR:

De acuerdo con tu receta como un buen comienzo para enderezar el país. Prometo aplicármela. El problema es ¿qué hacemos con los bambalanes que roban, matan, buscan excusas y viven de los que trabajamos y luchamos por un mejor país? (Y no necesariamente me refiero a los delincuentes callejeros).

CDO:

Lo que te propones es lo que todos debemos hacer. El parámetro somos nosotros mismos. La mediocridad y la indolencia se combaten y derrotan, precisamente, con el trabajo y la excelencia.

Pabón Roca... olvídese de los bambalanes, demuestra que no eres uno más. Cada quien que haga lo que quiera, sólo los que actúan por el bien del país tienen derecho a exigir.


Estoy de acuerdo con Díaz Olivo y a eso le tengo que añadir que mientras los analistas políticos populares, socialistas y neocomunistas sigan con la cantaleta de que todo está malo y que sólo ellos tienen el poder de arreglarlo seguiremos nadando en la misma mediocridad y demagogia que nos tiene así. Los estadistas estamos haciendo lo que hay que hacer, ¿qué van a hacer los demás? Criticar, criticar y criticar. Oponerse, oponerse y oponerse ¿Así se hace patria? 
Such is Life!